José Ureña

Vieron venir la oleada en contra.

Un ciclón arrasador tras el escándalo de los ministros.

Y entonces se dio una pelea en las alturas.

-¿Para quién es el desprestigio? –preguntaban.

-Para Morena, por supuesto, pero con daño severo a la figura presidencial.

En ese desorden, se dio una lucha en las alturas, pues desde Palacio Nacional se impulsaba la permanencia de Alfonso Ramírez Cuéllar.

Una pelea palaciega en la cual siempre fue mano el consejero jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra.

Fue mano hasta el conflicto generado la semana pasada no por los once ministros, sino por los seis partidarios de una encuesta sin ton ni son.

Opinaron muchos y, cuentan informantes de primera mano, hasta el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar.

Quienes lo escucharon se quedaron perplejos cuando dijo algo así a magistrados:

Les va a pasar lo que a nosotros.

Y entonces, en la posposición del debate, vino la reflexión y la decisión colectiva de no respaldar el proyecto del presidente magistrado Felipe Fuentes Barrera.

EL PÁNICO A PORFIRIO

El fondo es una lucha entre duros y demócratas.

Ya se conoce a los primeros, quienes operan y se promueven por su cercanía con ya saben quién y dónde se ubican Bertha Luján, Yedickol Polevnsky, John Ackerman, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y muchísimos más.

Mención destacada merece Héctor Díaz Polanco, a quien Alejandro Rojas Díaz-Durán llama públicamente el Torquemada mexicano.

De otro lado están quienes lucharon -¿cómo ignorar la pelea legal y judicial del propio Rojas Díaz-Durán?- por la democracia.

Ahí están operadores tamaño Ricardo Monreal y desde hace semanas Porfirio Muñoz Ledo, de quien el lunes de la semana pasada afirmamos que iba en caballo de hacienda en espera del índice presidencial.

La encuesta inicial del INE nos dio la razón, pero el bando intolerante le tiene pánico.

El domingo se sumó Mario Delgado con una denuncia pública definitiva para acabar con ese golpe de estado técnico del Tribunal de Felipe Barrera Fuentes con sus zigzagueantes decisiones sobre la fuerza gobernante.

Hoy los magistrados electorales creen haber salvado su honor, aunque al de Morena no se le ve rescate.

DURO CONTRA MONREAL

1.- Gane quien gane, la pelea seguirá en el partido del Gobierno.

Para ilustrarse basta asomarse a las redes sociales, donde esa ave de virulencia llamado John Ackerman se lanza contra quienes no coinciden con él.

Ayer le tocaron los ataques a Porfirio Muñoz Ledo, a quien llama “supuesto candidato de izquierda” y critica su alianza “con el elemento más reaccionario del partido @RicardoMonrealA para salvar su candidatura”.

¿Cuál partido?

Ackerman debe estar desesperado, pues no ha podido aglutinar senadores para disminuir el liderazgo de Ricardo Monreal en el Senado.

Y 2.- ¡Pobre Quintana Roo!

El Fonden todavía le debe unos 300 millones por los daños causados por la tormenta Cristóbal y ya tiene dos fenómenos más.

Enorme tarea para Carlos Joaquín, quien anoche vio entrar a su estado al violento huracán Delta cuando todavía no acaban los estragos de la tormenta Gamma.

Y ya ni Fonden va a haber.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.