El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es la última instancia que tenemos los mexicanos para hacer valer nuestros derechos político-electorales.
A la Sala Superior han llegado casos como los fraudes electorales de 2006 y 2012, que se debieron anular por las graves violaciones a la Constitución, pero que, por mantener ese status quo, decidieron dejar pasar.
Fue el Tribunal Electoral el que pudo impedir la llegada de Felipe Calderón, que, de la mano de Vicente Fox, cometieron un brutal operativo de Estado para que el primero asumiera la gerencia de México y así, evitar el cambio que proponía Andrés Manuel López Obrador. Calderón convirtió a México en un territorio lleno de sangre y muerte, en donde las violaciones a los Derechos Humanos se hicieron pan de cada día. Genaro García Luna, el hombre fuerte de Calderón está detenido en Estados Unidos acusado de ser aliado -o mandadero- del Cártel de Sinaloa.
En el 2012, otra vez el Tribunal Electoral permitió que lo peor de la política se hiciera de la presidencia de México. Los corruptos, aliados con los panistas, retomaron el poder con Enrique Peña Nieto y el saqueo fue igualmente brutal que los índices de inseguridad que los tres últimos gobiernos nos heredaron.
La Sala Superior del Tribunal cambio de integrantes conforme se fueron agotando los periodos para los que cada uno de los magistrados fue electo.
Pero hoy, la Sala Superior está compuesta no solo por personajes poco transparentes, sino que también son muy maleables.
El caso más vergonzoso es el de Felipe Fuentes Barrera, quien detenta la presidencia del Tribunal. El domingo pasado se filtró un proyecto en el que quería echar abajo la encuesta para renovar la dirigencia nacional de Morena, misma que fue ordenada por ¡el Tribunal Electoral! ¿A quién le estaba sirviendo Fuentes Barrera con esa propuesta? ¿Qué le prometieron a cambio de destrozar al partido en el poder?
Fuentes Barrera ha demostrado que tiene intereses ajenos a los que la Constitución le mandata. Desde Carlota Armero han intentado filtrar que querían agradar a alguien en Palacio Nacional y que se alineaban con uno de los grupos que conviven en Morena, pensando en recompensas futuras.
Con lo que ha hecho en estas últimas semanas, el Tribunal Electoral ya no sirve para dirimir los conflictos del 2021. Su arrogancia, incapacidad y lo dúctiles que son, quedo manifiesta. Ya es hora de que se vayan.
La Letrina. Muchos se preguntan ¿a quién apoya el presidente López Obrador en la contienda interna de Morena, a Porfirio Muñoz Ledo o a Mario Delgado? Yo creo que el Presidente esperará el resultado de la encuesta y le enviará un mensaje claro al que gane: con la Cuarta Transformación, todo, contra la Cuarta Transformación, nada. Y así, el ganador tendrá que tomar las decisiones que a la 4T convengan.
@Fercoca