Algunos países acreedores del G-20 se muestran renuentes a ampliar y extender un año más el alivio del servicio de la deuda a los países más pobres del mundo debido al coronavirus, por lo que podría haber un compromiso de seis meses esta semana, dijo el lunes el presidente del Banco Mundial, David Malpass.
Hablando a periodistas durante las reuniones anuales virtuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, Malpass afirmó que los grupos de trabajo sobre la deuda del G-20 no han llegado a un acuerdo sobre las búsqueda de ambos organismos para una extensión de un año de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G20.
“Creo que puede haber un texto de consenso que podría ser una extensión de seis meses (y) que podría renovarse dependiendo de la sostenibilidad de la deuda”, agregó.
Los ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del grupo de las 20 principales economías se reunirán a través de una videoconferencia el miércoles.
En mayo, lanzaron una iniciativa para permitir que los países pobres suspendieran los pagos de deuda bilateral oficial contraída con países del G-20 hasta finales del 2020, lo que Malpass dijo liberó hasta ahora 5.000 millones de dólares para impulsar las respuestas contra el coronavirus.
Malpass y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, han estado advirtiendo que se necesita mucho más alivio de deuda para los países pobres y de ingresos medios, incluyendo reducción del capital, para evitar una “década perdida” a medida que la pandemia destruye la actividad económica.
Malpass informó que ambas instituciones propondrían un plan de acción conjunta para reducir la deuda para países pobres con pasivos insostenibles. Pero comentó que los países deudores deben exigir de manera más fuerte el alivio de la deuda para que se logren mayores progresos.
“Los líderes de los países deudores han sido respetuosos con los acreedores”, dijo Malpass. “Ha sido muy importante que los líderes de las naciones más pobres hablen y se pronuncien sobre la necesidad de reducir la carga de deuda de las naciones acreedoras. Ese diálogo aún no ha sido tan robusto como creo que es necesario para hacer avanzar este proceso”.
Un nuevo estudio del Banco Mundial publicado el lunes mostró que entre los países elegibles para el programa de alivio de deuda del G-20, la deuda externa subió un 9,5% en 2019 a 744.000 millones de dólares antes del golpe de la pandemia.
La deuda bilateral oficial de los países más pobres con los del G-20 alcanzó los 178.000 millones de dólares en 2019, con China acreedor del 63% del total. El estudio mostró que la participación de China en esta deuda era del 45% en 2013, año en que Pekín lanzó su campaña global de infraestructura de la Franja y la Ruta.
DAMG