El primer reto que tuvo el presidente de la República fue también su primera batalla contra una oposición que todavía no acababa de despertar a la derrota electoral. La oposición sigue igual y el gobierno avanza. Ahora, a un año de demostrar que era una mala inversión el aeropuerto en medio de un lago, hay fecha para la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles, en Santa Lucía.
El viernes pasado el jefe del Ejecutivo realizó una supervisión de las obras, lo acompañaron los protagonistas de la obra: los militares, el encargado de la obra, que presenta un 40 por ciento de avance, a través del responsable de la obra el general ingeniero Gustavo Vallejo Suárez.
Fue el 17 de octubre del año pasado cuando López Obrador visitó Zumpango por primera vez como presidente de la República para dar el banderazo de salida de esta obra, que será inaugurada el 22 de marzo de 2022. Con un importante ahorro, ya que la obra programada por Peña Nieto tenía un valor de 300 mil millones de pesos, y ahora costará 75 mil millones, es decir, la cuarta parte.
El intermediarismo y las comisiones atentaron contra la economía de las arcas públicas más de lo que cualquiera hubiera pensado. Ahora que las obras se realizan de otra manera, más allá de los convencionalismos que se prestaban a manipulaciones oscuras, debe aprenderse a estar preparados para los cambios, también para generarlos, pero los cambios para mejorar; porque también hubo cambios en México, y muchos, que cambiaron para empeorar las cosas.
En la ceremonia de inicio de la obra, el general Vallejo Suárez aseguró que se contaba con los estudios necesarios, la ingeniería, los recursos económicos y un avance sustancial en los proyectos ejecutivos que permiten arrancar con los primeros trabajos.
Afirmó que “la Sedena está ante el gran reto de construir un aeropuerto excepcional en el marco operacional de un sistema metropolitano compuesto por los aeropuertos de Toluca y la Ciudad de México y Santa Lucía”. Anunció que se construiría un aeropuerto funcional, austero, vistoso y en el menor tiempo posible, alejado de actos de corrupción y del dispendio de recursos.
“Tenga la certeza que cumpliremos la misión dentro de los parámetros de tiempo, costo y calidad. Se evitará el dispendio de recursos implementando mecanismos de gestión y control”, le dijo al presidente Andrés Manuel López Obrador, en ese entonces.
En esos días, hace un año, como ahora, se cuestionaba la actuación del Ejército mexicano en tareas que nunca antes había tenido pero que sabe realizarlas a satisfacción y, en muchos casos, mejor que las propias empresas constructoras de la iniciativa privada. Tal es el caso del encargo que le hiciera el jefe del Ejecutivo a los militares.
Ahora, ante la sorpresiva detención de un exsecretario de la Defensa, el presidente de la República cierra filas con el ejército para contribuir a la transformación de México.
Ante esta situación el presidente de México reconoció el trabajo de los militares al señalar: “Quiero reconocer el apoyo que el gobierno que encabezo recibe de las fuerzas armadas, en particular el apoyo y el respaldo del general secretario. El general secretario ha actuado con rectitud, el general Sandoval ha actuado con honestidad y con lealtad a las instituciones y sobre todo con lealtad al pueblo de México”.
Comentó que hubo, desde un principio, quienes dudaban que la obra estuviera terminada en esa fecha por lo que “Se está demostrando la capacidad técnica de los ingenieros militares. Esta obra de calidad se inició hace apenas un año y lleva el 40% de avance. Es un fenómeno que en 12 meses se tenga este avance”.
La confianza de la responsabilidad del general Gustavo Vallejo está basada en su integridad y gran capacidad, fue director de la Escuela Militar de Ingenieros, con amplia capacidad en su área.
El Aeropuerto Internacional de Santa Lucía también incluirá un Museo del Mamut, en el que se exhibirán las piezas encontradas en la construcción.
Desde luego que estuvieron presentes los empresarios que han contribuido de manera definitiva en esta obra, inversionistas que confiaron en el proyecto que no estuvo exento de problemas, trabas, burocratismos y sobre todo sutiles pero permanentes sabotajes de quienes todavía están enquistados en algunas estructuras de gobierno que impiden el libre desarrollo de las obras de la actual administración.
Las obras realizadas por los métodos tradicionales y con los vicios del pasado siempre pedían postergar el final de la obra para cobrar más del erario. Decían una cantidad inicial y les autorizaban otras posteriores, tal fue el caso de la Estela de Luz, que finalmente terminó costando una cantidad de dinero que nadie cree que pudiera valer esa estatua.
Un caso es el de Gerardo Ferrando Bravo, que con la inercia que lleva del PRI, y la amistad incondicional de quien fuera secretario de Comunicaciones y Transportes, ahora no sabe ni calcular la manera de pagar a los empresarios a los que debe indemnizarse sus contribuciones y contratos realizados para el viejo aeropuerto de Texcoco, cuyo negocio no era la construcción sino el mantenimiento y sus concesiones, ya que habría que estar sacándole el agua en tiempo de lluvias como si se tratara de una canoa a punto de naufragar.
Mientras la oposición consideraba que la sustitución del aeropuerto era un capricho, el tiempo le ha dado la razón, ante un proceso de construcción más honesto, sin moches, ni comisiones o intermediarismos que terminan comprometiendo la honestidad y la libertad de los propios empresarios para trabajar de manera autónoma y libre. No le están saliendo mal las cosas al presidente y esto es prueba de ello. PEGA Y CORRE. – El ensayo de las urnas electrónicas en algunos distritos de Coahuila e Hidalgo, el día de hoy en la jornada electoral, no sólo es una buena manera de hacer fraude sino una manera magnífica de hacer negocio, sobre todo tratándose de consejeros electorales que carecen de credibilidad ante la población. Esas urnas han sido desechadas en otros países, incluso desarrollados, no son precisas… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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