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Los bolivianos votaron ayer en un escenario de profundo antagonismo entre la izquierda y la derecha, que se disputan el gobierno de un país agobiado por la pobreza y los temores de convulsión social.

El izquierdista Luis Arce, aliado del líder indigenista y expresidente Evo Morales, llegó con una estrecha ventaja en los sondeos sobre Carlos Mesa, otro exmandatario, pero vinculado a la derecha boliviana que en los últimos años se inclinó hacia el centro para ganar más respaldo.

Los analistas pronostican una “gobernabilidad frágil” en los siguientes cinco años, ya que ni el Movimiento al Socialismo (MAS) ni la centrista Comunidad Ciudadana (CC) lograrían una mayoría absoluta, por lo que el futuro presidente gobernaría sin controlar el Parlamento.

El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, destacó la tranquilidad de la ciudadanía que acudió a emitir su voto.

El candidato del MAS, Luis Arce, afirmó que su partido llegará al poder por la vía democrática y “no por las armas”, mientras que el candidato por Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, pidió a la población asistir de forma masiva.

La votación de ayer es una repetición de las elecciones de octubre de 2019, anuladas por un supuesto fraude atribuido al expresidente Evo Morales, quien entonces buscaba extender su mandato hasta 2025. El hecho detonó violentas protestas que terminaron con la renuncia del líder de izquierda, asilado hoy en Argentina. Las encuestas vaticinan una segunda vuelta electoral.

Desde la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, Evo Morales manifestó: “estoy acompañando a nuestro pueblo por el compromiso con la patria, con nuestra democracia y con el futuro de nuestra querida Bolivia, para ejercer su derecho a votar siguiendo los acontecimientos en nuestro país”.

Tres misiones de observadores electorales, entre las que figura la de la Organización de Estados Americanos (OEA), afirmaron que la decisión de prescindir del conteo preliminar fue adoptada “oportunamente” y que favorecerá la certeza.

Las misiones de observación electoral de la OEA y de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE), así como la de expertos del Centro Carter, explicaron que fueron informadas hoy de la decisión “unánime” del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de cancelar el programa de Difusión de Resultados Preliminares (DIREPRE) al no poder garantizar su funcionamiento óptimo.

 

VOTOS Y LEGITIMIDAD

7, 300, 000 bolivianos estaban convocados la víspera a las urnas en Bolivia, y cerraron a las 17:00 horas

12 de noviembre. Desde ese día, Jeanine Áñez es presidenta temporal, dos días antes que Evo fuera derrocado

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