Hace unos días en la Cámara de Senadores se aprobó la desaparición de 109 fideicomisos, fue una sesión larga que seguro estoy, pasará a la historia, y es que ahí también se dieron clases de cinismo y falta de empatía, principalmente con los grupos vulnerables, la ciencia y la cultura.

 

En mayoría, el grupo parlamentario de Morena junto a sus aliados del PT y del PES, dejaron de la noche a la mañana sin apoyos a grupos de la sociedad civil enfocados en la búsqueda de personas desaparecidas y violentadas.

 

No hubo protesta o manifestación que importara, finalmente los recursos que eran etiquetados para fines específicos pasarán en su conjunto a manos del Gobierno federal, quien desde la Secretaría de Hacienda utilizará la suma de estos, que en promedio asciende a 68 mil millones de pesos, bajo la premisa de la llamada “Austeridad Republicana”.

 

Tras el hecho, algunos legisladores no tardaron en demostrar su beneplácito e incluso subieron videos en sus redes sociales, mismos que fueron fuertemente criticados, pues son la expresión misma del cinismo y la falta de moral.

 

Tal fue el caso de Napito, Napoleón Gómez Urrutia, de Morena, a quien todos recuerdan por su participación en el fideicomiso minero, creado en 1989, y que fue prácticamente usurpado y negociado por el hoy legislador en su carácter de “líder sindical”. Se trata de más de 55 millones de dólares, mismos que fueron tomados por el morenista.

 

Este fideicomiso fue creado por Grupo México en beneficio de los mineros de Cananea, sin embargo, Napito se apoderó de él, al grado de decidir y restringir la participación de los trabajadores, incluso, aseguran algunos, firmó documentos a nombre de ellos.

 

Tales negociaciones hechas por Gómez Urrutia dieron como resultado que tanto el control del fideicomiso y el dinero estuviera en manos del Sindicato, con la idea de que este velaría por el interés de los trabajadores, sin embargo ocurrió lo contrario, al estar a nombre del Sindicato, Napito echó mano diciendo con palabras más o palabras menos, que él era el dueño de la organización sindical y por efecto era su dinero, y tal cual, hizo lo que quiso con los 55 millones de dólares.

 

Muchos años han pasado de este hecho, mismo que sigue en tribunales. Los mineros se organizaron y crearon varias agrupaciones que buscan justicia, como a la que pertenece Félix Duarte, integrante de la organización 719 quien ha dado cuenta del despojo.

 

Hoy entonces causa indignación que sea Napito uno de los legisladores que levante la voz por Morena y señale la urgencia por acabar con los fideicomisos, cuando en su lugar piden rinda cuentas y devuelva el dinero junto con los intereses bancarios a los trabajadores. 

 

En esta votación donde se arrasó con los fideicomisos -y que aún el Gobierno de la 4T no ha dado a conocer cómo asegurará que los recursos lleguen a los rubros que cubrían-, también se eliminó el Fondo Minero, donde Napito tampoco hizo el mínimo esfuerzo por oponerse a este contrasentido que afectará a nuestro sector.

 

Este fideicomiso que recabó más de 22 mil millones de pesos garantizaba la aplicación de recursos en beneficio de 212 municipios de 24 entidades mineras.

 

Ante este panorama, las organizaciones sindicales que no estamos al servicio del estado ni de intereses particulares, refrendamos nuestro compromiso con los mineros y sus familias; a la par, como diputado vigilaré que estos recursos provenientes de nuestro trabajo y esfuerzo sigan llegando a nuestras comunidades para como hasta ahora impulsar obras de infraestructura, educación, salud y servicios básicos. Estaremos vigilantes que esos recursos no desvíen su camino.

 

                                                                                                                             @CarlosPavonC