@guerrerochipres
Hay enorme experiencia, juventud y una representatividad que ningún otro partido ha tenido con mayor magnitud desde la historia en que se asocia a los partidos políticos con causas sociales y que además, se hayan hecho del poder nacional de manera pacífica.
Por eso el legado que tiene Morena en sus manos es tan importante, apreciable y es de interés de sus adversarios literalmente desvirtuar fondo y forma de todo aquello que haga este partido, lo cual, ciertamente, no le retira su completa centralidad en la vida política nacional del momento.
El arribo de un nuevo dirigente al cargo de presidente del partido predominante despierta expectativas e implica desafíos. En el caso de Mario Delgado estos son acompañados con un componente extra: lograr una transición partidista y política que impacte positivamente a una sociedad que ha cambiado con la Nueva normalidad.
El equipo de Morena llega con una oportunidad unitaria que no será fácilmente aceptable por quienes no obtuvieron la presidencia. Se requiere distinguir la demanda interna del partido y luego engarzar con lo que requiere la sociedad en su conjunto, observando siempre el contexto de una población renovada o en vías de serlo a la cual no interesa, salvo quienes simpatizan con los adversarios, el origen, real o supuesto, del significado de las divisiones internas.
La izquierda históricamente construye participación social para transformar. La democracia cristiana la busca para contener los “excesos” del Gobierno, como ocurrió con la fundación del PAN y buena parte de su agenda democrática posterior.
Una compleja y fortalecida sociedad incluye búsquedas de izquierdas y derechas, incluso dentro de los partidos competidores no identificados prevalecientemente con la opción ideológica declarada por la dirigencia.
Delgado plantea que Morena debe transitar de un movimiento a una presencia territorial consistente y con responsabilidades definidas, como lo ha establecido en su primer diseño de acciones.
Hay una gran oportunidad para innovar e incorporar temas y prácticas institucionales de un partido con elevadísimo respaldo y participación social. Sin habilidades para la construcción de convergencia de causas a Morena le esperan tropiezos, lográndolas, la victoria le aguarda en tres elecciones más.
Hemos festejado la participación masiva de los electores hace dos años y el involucramiento de los ciudadanos en procesos de decisión. La reorganización de un partido político puede colocar el foco en estos alcances. A todos nos conviene aumentar ese nivel de politización de nuestra sociedad. A Morena le convienen también adversarios que más que enojo, frustración, y cuentas pendientes los anime inteligencia política trascendente más allá de sus propios intereses.
Mario Delgado pertenece a un relevo generacional en un escenario de un reto enorme. Saberlo y declararlo le ayuda por un factor más importante que en lo registrado en la historia de los partidos menos jóvenes: la opinión pública tendrá mas importancia que nunca.