El huracán Zeta asoló el jueves los estados del sur de Estados Unidos, dejando un rastro de árboles caídos y edificios dañados junto con al menos dos personas muertas.
La tormenta llevó vientos de 175 km por hora a la costa de Luisiana y dejó sin electricidad a millones de personas. Un hombre murió en Nueva Orleans al tocar una línea eléctrica activa, mientras que en Biloxi, Mississippi, un hombre se ahogó después de que su automóvil se inundó cerca de la costa.
La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, instó a los residentes de la ciudad a permanecer en sus casas mientras las cuadrillas retiraban los escombros de la tormenta y restauraban la energía.
“Ahora no es el momento de hacer turismo”, advirtió por su parte el gobernador John Bel Edwards a los residentes del estado.
Zeta cambió de dirección en el mar Caribe y pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 2 en menos de cuatro días. Afectó la península de Yucatán en México y atravesó el Golfo de México.
Unos 2,4 millones de hogares y negocios estaban sin electricidad el jueves por la mañana desde Luisiana hasta Carolina del Norte, según los servicios públicos locales.
El paso de los huracanes de este año han tenido un costo de miles de millones de dólares para los propietarios de viviendas y aseguradoras debido a la necesidad de reparaciones, mientras que ha reducido la producción de petróleo y gas de las principales compañías petroleras en millones de barriles.
Zeta obligó esta semana a cerrar dos tercios de la producción de petróleo en el Golfo de México en alta mar y llevó a los productores de energía a cerrar oleoductos submarinos y evacuar a los trabajadores de 231 plataformas marinas y de perforación.
ICA