El presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, y su rival demócrata, Joe Biden, hacían campaña este viernes en estados clave del Medio Oeste, donde la pandemia del coronavirus ha resurgido con fuerza a las puertas del último fin de semana antes de las elecciones del 3 de noviembre.
A cuatro días de las elecciones del martes, Trump celebró un mitin en Michigan antes de paradas previstas en Wisconsin y Minnesota. Biden visitó Iowa previo a dirigirse a Wisconsin y Minnesota en su día de campaña más activo hasta ahora.
“Un voto por mí es para mantener y crear trabajos de automóviles y todo tipo de trabajos en Michigan, donde pertenecen”, dijo Trump en el municipio de Waterford, en las afueras de Detroit, promocionando su gestión de la economía y advirtiendo a trabajadores de la industria automovilística que las políticas de Biden amenazarían sus puestos de trabajo.
En Iowa, donde las encuestas lo muestran compitiendo codo a codo con Trump, Biden dijo que el fracaso del presidente para contener la pandemia había costado vidas y puesto a la economía en una espiral descendente.
“Uno de cada seis negocios está ahora en quiebra porque no quiere actuar”, dijo Biden en un autocine en Des Moines, Iowa. “No podemos permitirnos cuatro años más de Donald Trump”.
Últimos días de campaña
Los últimos días de campaña han seguido dominados por la pandemia, que ha acabado con la vida de unas 229.000 personas en Estados Unidos y ha golpeado a la economía.
Trump ha minimizado la crisis sanitaria durante meses, diciendo a sus seguidores en las últimas semanas que el país está “pasando página”, pese a que los casos aumentan. Biden ha advertido de un “invierno sombrío” que se avecina y ha prometido un esfuerzo renovado para contener el virus.
El mandatario marcha por detrás de Biden de manera constante en las encuestas a nivel nacional desde hace meses debido a la desaprobación generalizada de su gestión de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, los sondeos en los estados más cruciales muestran una carrera más reñida.
El énfasis en la parte superior del Medio Oeste subrayó la importancia de la región en la carrera electoral.
Michigan y Wisconsin fueron dos de los tres estados históricamente industriales y con un fuerte arraigo demócrata que, junto con Pensilvania, favorecieron a Trump por un escaso margen en los comicios de 2016, dándole una victoria inesperada.
Minnesota, que no ha votado por un candidato presidencial republicano desde 1972, es uno de los pocos estados demócratas que Trump está tratando de conquistar este año.
La pandemia, así como un extraordinario nivel de entusiasmo, ha hecho que un número sin precedentes de estadounidenses vote de forma anticipada. Ya se han emitido más de 85 millones de votos por correo o en persona, muy por encima de la mitad del total de sufragios de 2016, según el Proyecto de Elecciones en Estados Unidos de la Universidad de Florida.
La gran cantidad de votos por correo hace probable que el ganador en varios estados, incluidos territorios “pendulares” como Pensilvania y Wisconsin, no esté claro el mismo martes por la noche, y las autoridades electorales esperan que el recuento tarde días.
Trump ha afirmado repetidas veces y sin pruebas que las papeletas por correo son susceptibles de fraude. Más recientemente ha argumentado que sólo deben contarse los resultados disponibles en la noche de las elecciones.
Los datos del voto anticipado muestran que son muchos más demócratas los que han votado por correo, mientras que se espera que los republicanos acudan en un mayor número el mismo martes.
Esto significa que los resultados preliminares de estados como Pensilvania, que no empezarán a contar el voto por correo hasta el día de los comicios, podrían mostrar a Trump en cabeza antes de sumar más sufragios demócratas, un fenómeno que algunos han llamado el “espejismo rojo”.
PAL