FOTO: @SSC_CDMX/TWITTER Luego de unos segundos, el bebé arrojó mucosidad de la nariz y boca; y comenzó a llorar, el oficial en minuto y medio estabilizó al menor; posteriormente, se lo entregó a sus padres  

Si alguien dijo que los policías no son héroes, el oficial Leonardo González probó lo contrario.

Y es que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México dio a conocer la historia en la que un bebé de apenas dos semanas estuvo a punto de perder la vida ya que estaba asfixiado y de no ser por la reanimación cardiopulmonar que le dio el elemento, éste no habría vuelto a respirar.

Los hechos se dieron el jueves, cuando el agente patrullaba en calles de la colonia Tezozómoc, en la alcaldía Azcapotzalco, y aproximadamente a las 20:45 horas recibió la emergencia a través de su radio, en la que detallaban que un menor no podía respirar por probable asfixia por atragantamiento.

A los pocos minutos, el policía arribó al domicilio del pequeño, el oficial indicó que la madre estaba en “shock y no decía nada”, mientras que el padre del niño estaba al teléfono comunicándose con emergencias.

La madre de 24 años fue cuestionada sobre el color del bebé debido a que “estaba muy pálido”, por lo que el agente lo cargó, lo acomodó en su antebrazo izquierdo boca abajo y con sus dedos en los pulmones del menor, practicó una técnica para que sacara lo que había tomado.

Luego de unos segundos, el bebé arrojó mucosidad de la nariz y boca; y comenzó a llorar, el oficial en minuto y medio estabilizó al menor; posteriormente, se lo entregó a sus padres.

Unos minutos más tarde, os paramédicos arribaron a la casa y atendieron al menor, le revisaron signos vitales y diagnosticaron que el pequeño se había atragantado, después fue trasladado a un hospital pediátrico.