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Foto: Reuters A pesar de la ventaja de Biden en las encuestas nacionales, la carrera en los estados clave se considera lo suficientemente estrecha como para que Trump aún pueda juntar los 270 votos  

El presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden intercambiaron críticas y exhortaron a la gente a ir a votar en su recorrido por estados que podrían definir la carrera a la Casa Blanca durante el último día de campaña, mientras que los estadounidenses establecían récords de votación anticipada.

Sin embargo, pese a que los candidatos presentaron sus argumentos finales, sus campañas ya están sentando las bases para disputas postelectorales.

Trump, que va por detrás en las encuestas de opinión nacionales, ha seguido lanzando ataques infundados a la votación por correo, sugiriendo que llamará a sus abogados si los estados todavía están contando los votos después del día de las elecciones.

Su subdirector de campaña, Justin Clark, dijo que combatirán cualquier intento demócrata de “subvertir los plazos estatales para recibir y contar las papeletas”.

En respuesta, la directora de campaña de Biden, Jennifer O’Malley Dillon, recordó a periodistas el lunes que los estados necesitaron tiempo después de la noche de las elecciones para terminar de contar los votos en las últimas elecciones estadounidenses.

“Bajo ningún escenario Donald Trump será declarado vencedor la noche de las elecciones”, dijo.

La elección ya ha provocado una ola de litigios sin precedentes sobre si se deben ajustar las reglas electorales a la luz de la pandemia de COVID-19. El lunes, un juez federal en Texas rechazó una propuesta republicana para descartar alrededor de 127.000 votos ya emitidos en sitios de votación en un área de Houston de tendencia demócrata.

En una mitin en Scranton, en el este de Pensilvania, Trump recordó a una multitud entusiasta que ganó en ese estado en 2016 a pesar de que las encuestas sugerían que perdería y advirtió que el plan de los funcionarios electorales de contar las papeletas hasta tres días después del día de las elecciones era una “situación peligrosa”.

“Tienes que tener una fecha. No puedes extender las fechas”, sostuvo.

El futuro de Estados Unidos 

En la ciudad de Monaca, en el oeste de Pensilvania, Biden dijo a sus partidarios que el futuro del país estaba en sus manos.

“Lo que suceda mañana determinará cómo será este país durante generaciones”, destacó.

Trump, de 74 años, busca evitar convertirse en el primer presidente en ejercicio en perder la reelección desde que lo hizo el republicano George H.W. Bush en 1992.

A pesar de la ventaja de Biden en las encuestas nacionales, la carrera en los estados clave se considera lo suficientemente estrecha como para que Trump aún pueda juntar los 270 votos electorales necesarios para imponerse en el sistema que determina al ganador.

Después de visitar Carolina del Norte y Pensilvania, Trump se dirigió a Wisconsin y Michigan, cuatro estados que ganó por un estrecho margen en 2016 pero que las encuestas muestran que podrían apoyar a Biden este año. Como lo ha hecho durante meses, el presidente se dirigió a grandes multitudes, donde muchos asistentes evitaron las mascarillas y el distanciamiento social a pesar de la pandemia de COVID-19.

Biden, de 77 años, quien ha hecho del manejo de Trump de la pandemia el tema central de su campaña, habló en Ohio y Pensilvania en actos de campaña mucho más pequeños. Estaba programado que participara en un autocine por la noche en Pittsburgh junto a la cantante Lady Gaga.

La última encuesta de Reuters/Ipsos en Florida, un estado muy pendular, mostró a Biden con una ventaja de 50% a 46%, una semana después de que los dos estuvieran empatados estadísticamente.

Más de 95 millones de estadounidenses habían emitido sus votos hasta el lunes, según un recuento del Proyecto de Elecciones de la Universidad de Florida, un presagio de lo que se espera sea la mayor participación en los tiempos modernos.

Este número es igual al 70% de la participación total de votantes para las elecciones de 2016 y representa aproximadamente el 40% de todos los estadounidenses que son legalmente elegibles para votar.

Ese nivel sin precedentes de votación anticipada incluye 60 millones de papeletas por correo que podrían tardar días o semanas en contarse en algunos estados, lo que significa que es posible que no se declare un ganador en las horas posteriores al cierre de las urnas el martes por la noche.

Algunos estados, incluidos los clave Pensilvania y Wisconsin, no comienzan a procesar los votos por correo hasta el día de las elecciones, lo que ralentiza el proceso.

 

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