Grupo Lala es uno de los más importantes en términos de alimentos ultraprocesados en el país. Sus ventas en el primer trimestre de 2020 se incrementaron en un 3.7% y alcanzaron los 19 mil 405 millones de pesos. Sin embargo, el consumo excesivo de los productos lácteos y en especial de quesos y mantequillas, puede afectar la salud, ya que contienen altos índices de grasas, grasas saturadas, así como sal y colesterol.
Hasta diciembre de 2019, la elaboración de derivados lácteos alcanzó un volumen de un millón 198 mil toneladas en el país y un valor de 57 mil 937 millones de pesos. La industria de los quesos produjo un valor de mercado de 25 mil 553 millones de pesos (1). Las principales variedades de estos consumidos son el fresco, el doble crema, el amarillo, el panela y el chihuahua.
De acuerdo con el Brand Footprint 2020 de la consultora Kantar Worldpanel, las principales marcas en el sector de lácteos son Lala, seguida de Alpura. Ambas han mantenido comportamientos positivos en el mercado; Alpura creció en su presencia en el canal de abarrotes un 14.5% en 2019.
No obstante el crecimiento de la industria, la presencia de grasas en la dieta de los mexicanos constituye un problema para la salud. La Organización Mundial de la Salud ha sido enfática al decir que se debe limitar el consumo de grasas totales a menos del 30% de la energía diaria, con una recomendación específica de reducir las grasas saturadas a menos del 10% de la energía consumida. Estos parámetros no son acatados en el país.
Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), más del 50% de todos los mexicanos consumen grasas saturadas de manera excesiva (2). Lo anterior es especialmente cierto en individuos que viven en zonas urbanas, en contraste con poblaciones rurales, y en estratos socioeconómicos altos.
Las grasas saturadas no solo están relacionadas con el aumento de peso en las personas, sino que también inciden en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
De hecho, el Comité Científico de Asesoría en Nutrición del Reino Unido concluyó que una reducción en el consumo de estos nutrientes tendría beneficios en la salud, ya que la ingesta excesiva de ellos puede producir eventos cardiovasculares que disminuyen la calidad de vida de las personas, aunque no aumentan la mortalidad por estos padecimientos (3).
En este sentido, las grasas y aceites proveen el 14.4% de las calorías por grupo alimentario en Latinoamérica y el Caribe (4).
Tan solo la mantequilla, perteneciente a esta categoría, contiene un 58% de grasas saturadas (5). Al respecto la Revista del Consumidor, en un análisis de junio de 2020, refiere que éstas pueden ser entre 81% al 100% grasa y deben contener más de 80% de este nutriente en su composición para denominarse como tal.
En lo que se refiere a las mantequillas “reducidas en grasas”, el contenido no debe exceder del 65 por ciento. En el estudio se comprobó que ninguna de las cuatro mantequillas analizadas cumplía con este requisito, (6) lo cual constituye un problema al no dar alternativas más sanas al consumidor.
Por su parte, la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) recomienda que personas que padezcan dislipidemias –alto colesterol en la sangre– no consuman más del 5 o el 6% de su ingesta calórica a través de grasas saturadas. En una dieta de 2,000 calorías, esto equivale a entre 11 o 13 gramos de estos nutrientes. Por sus características nutrimentales, en tan solo 25 gramos, una persona estaría consumiendo 12.75 gramos de grasas saturadas.
Respecto a los productos ultraprocesados que más grasas saturadas contienen, la Organización Panamericana de la Salud señala a los quesos industrializados, además de contener sodio y grasas totales.
En Latinoamérica, estos alimentos proveen el 2% de grasas totales y el 3% de las grasas saturadas presentes en la dieta por alimentos ultraprocesados.
Así, en 30 gramos de quesos industriales se estaría consumiendo el 7% de las calorías diarias recomendadas (7). Datos de la Revista del Consumidor advierten que el queso panela, uno de los más consumidos en México, puede variar en su contenido energético entre las 222 kcal, correspondientes a la marca Santa Clara, y las 333 kilocalorías en la marca Chen, por cada 100 gramos.
Lo anterior significa que en cada porción de este producto, considerado como de los quesos más sanos, se consume entre el 11.1% y el 16.65% de las calorías diarias recomendadas por la OMS. Los que tienen mayor contenido de grasas en esta categoría son de las marcas Chen, Ixtacalco y Diane (8).
A este panorama, se suma que en México algunos quesos sustituyen la grasa butírica por grasas vegetales, lo cual no es benéfico para la salud, ya que estas, en su producción industrial, generan un alto contenido de grasas trans, cuyo consumo en exceso podría causar daños en la salud cardiovascular. Se estima que unas 500 mil muertes en el mundo son causadas por el consumo de este tipo de grasas, que producen cardiopatías coronarias (9).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 19.5% de la población tiene colesterol alto. En 2012, este porcentaje era de 13%, por lo que en solo seis años se ha incrementado en 6.5 puntos porcentuales. Igualmente, en 2018, la primera causa de muerte en el país fueron las enfermedades cardiovasculares, las cuales cobraron la vida de más de 149 mil mexicanos.
DAMG