Todo mundo está a la espera de que el presidente Andrés Manuel López Obrador cumpla su palabra y envié una iniciativa para desaparecer finalmente el outsourcing.

La promesa es reciente pero el intento no.

El año pasado, el senador Napoleón Gómez Urrutia promovió una iniciativa no solo para desaparecer el esquema de subcontratación sino para criminalizarlo y castigarlo con penas de cárcel.

El escándalo que se armó con esa iniciativa fue tal que el propio Ricardo Monreal tuvo que intervenir para contener los rijos del líder minero.

El asunto se quedó, como muchos otros, flotando, a la espera de mejores tiempos.

Ayer el Partido del Trabajo presentó una iniciativa en la Cámara de Diputados para desaparecer de la Ley Federal del Trabajo la subcontratación bajo el argumento de que sólo ha servido para explotar a los trabajadores y para que los patrones evadan responsabilidades como el pago de la seguridad social, vacaciones y utilidades.

La discusión se centra en la utilidad o no de dicho esquema, que según las cifras más recientes da empleo a más de tres millones de mexicanos, sobre todo en empresas dedicadas a la limpieza y a la “seguridad privada’’, por cierto, este rubro dominado por el sindicato de Pedro Haces.

Los empleados en estos sectores suelen ser adultos mayores o aquellos con una escolaridad mínima -pero en serio, mínima-, que de otra manera no podrían sumarse al mercado laboral.

Quién sabe si López Obrador haya tenido en sus manos un estudio previo sobre el sector de la subcontratación antes de anunciar la iniciativa que la desaparecerá o fue una ocurrencia del momento.

Lo cierto es que en un entorno tan complejo como el nacional, desaparecer el outsourcing no parece una buena idea, no solo para los trabajadores sino para las empresas que recurren a este esquema y que ante su eventual desaparición seguramente migrarán a la informalidad o de plano desaparecerán.

El esquema ha sido utilizado, efectivamente, por muchas empresas para evadir responsabilidades, pero en algunos casos sí han representado una mejoría de vida para los trabajadores.

La decisión la tiene el Presidente.

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Por cierto ayer se aprobó en el Senado la celebración de sesiones con formato mixto, es decir que pueden ser presenciales o virtuales, para prevenir los contagios de Covid-19.

Nada más ayer cuatro senadores dieron positivo al Covid con lo que la oposición no tuvo empacho en aceptar la propuesta de Monreal para sesionar de esa manera.

Las Comisiones también sesionarán virtualmente y las comparecencias que quedan también serán por esa vía.

Pero habrá necesidad de sesiones presenciales como por ejemplo cuando se vote si se despenaliza o no el uso lúdico de la mariguana; ahí necesitarán estar en vivo y a todo color los diputados para que no haya pretextos de que a algunos “se les cayó el internete’’.

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Ayer cerramos este espacio sin que hubiera un ganador de la elección presidencial en Estados Unidos.
Hoy, igualmente, cerramos sin saber el resultado final aunque con el conteo de votos muy avanzado, que le concedía a Joe Biden 264 de los 270 votos de colegios electorales necesarios para ganar la presidencia de su país.

Trump estuvo activo en el Twitter hasta que la red le censuró tres mensajes en los que adelantaba que le harían fraude, por considerar que contenían “información engañosa’’.

Con todo, hoy conoceremos el desenlace y si Trump se atrinchera en la Casa Blanca.

O bloquea las vías principales de algunas avenidas.

LEG