Ni el sábado ni el domingo, el Presidente tuvo un gesto hacia el demócrata Joe Biden. Antes que reconocer su triunfo, amenazó con seguir un cauce de querellas y demandas legales
Foto: Reuters Ni el sábado ni el domingo, el Presidente tuvo un gesto hacia el demócrata Joe Biden. Antes que reconocer su triunfo, amenazó con seguir un cauce de querellas y demandas legales  

El escenario en Estados Unidos es una combinación entre el júbilo de los más de 75 millones de personas que votaron por Joe Biden, la decepción de los 70 millones de electores de Donald Trump, la tristeza por las 237 mil muertes ocasionadas por el Coronavirus y la sorpresa por haber rebasado los 10 millones de contagios, según los conteos de algunas agencias, como Reuters.

Analistas consideran que la pandemia fue un factor determinante para el republicano, pues llegó muy debilitado a la contienda, y ahora es el reto y prioridad del presidente electo.

El demócrata y sus asesores trabajan en cómo abordar la crisis sanitaria, al tiempo que reforzaban su intención de poner fin a las enormes divisiones políticas en la mayor economía del mundo.

Trump, primer Presidente en ejercicio en perder una candidatura a la reelección en 28 años, no dio indicios de ceder, mientras su campaña avanza en batallas legales para impugnar el resultado.

En un hecho que ilustra el camino cuesta arriba que enfrentará Biden después de asumir el cargo, el 20 de enero, los líderes republicanos en el Congreso no habían reconocido al exvicepresidente como ganador.

En un discurso en su estado natal de Delaware el sábado por la noche, Biden entregó un mensaje de unidad y conciliación, declarando que es “hora de sanar” a la nación y de llegar a los estadounidenses que votaron por Trump y a los republicanos en el Congreso.

Dejó en claro que abordar la pandemia es una prioridad absoluta.

Creará un grupo de trabajo sobre el coronavirus hoy mismo para trazar el camino a seguir, dirigido por el ex cirujano general de Estados Unidos, Vivek Murthy, y por el ex comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos, David Kessler.

Biden ha prometido mejorar el acceso a las pruebas y, a diferencia de Trump, seguir los consejos de los principales científicos y funcionarios de salud pública. Unos 10 millones de estadounidenses que quedaron sin trabajo durante las restricciones por el coronavirus permanecen inactivos y los programas federales de ayuda han expirado. El Ejecutivo electo y sus asesores también seguirán trabajando en la elección de los funcionarios de su administración.

TRUMP, EN EL HOYO

Trump jugaba golf el sábado, cuando las principales cadenas de televisión proyectaban que su rival había ganado. Con su gorra roja de béisbol con el lema “Make America Great Again”, Trump regresó al campo de golf en Sterling, Virginia, el domingo.

A diferencia de otros candidatos presidenciales estadounidenses derrotados en el pasado, Trump no ha hecho una declaración que conceda el triunfo a su rival ni se ha comunicado con Biden.

Trump publicó el domingo en Twitter comentarios que pusieron en duda la integridad de la elección. Twitter, de nuevo, etiquetó los comentarios.

Congresistas hispanos reclaman frialdad de AMLO

La vacilación del presidente mexicano para felicitar a Joe Biden por su victoria electoral en Estados Unidos provocó críticas de legisladores demócratas hispanos que hicieron hincapié en la importancia de fortalecer la relación bilateral.

En un aparente intento de evitar fricciones con el actual mandatario estadounidense, Andrés Manuel López Obrador dijo el sábado que iba a esperar hasta que concluyeran los desafíos legales de la votación para comentar sobre el resultado.

El legislador demócrata de Texas, Joaquín Castro, calificó la decisión del presidente mexicano como “un sorprendente fracaso diplomático”.

“AMLO ha sido cómplice de los esfuerzos de Donald Trump para socavar los derechos humanos de los solicitantes de asilo”, dijo la congresista Verónica Escobar.

 

AR