En lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó “una comparecencia” por el caso del general Salvador Cienfuegos, una Mañanera más en realidad, argumentó que México estaba obligado a actuar en este proceso.
“Es algo que teníamos la obligación de hacer, porque sentimos que no se había cuidado el procedimiento”, aseveró.
“Está de por medio el prestigio de una institución fundamental para el Estado mexicano, que es la Secretaría de la Defensa, las Fuerzas Armadas, y no es cualquier cosa, no podemos nosotros permitir, sin elementos, que se socaven nuestras instituciones”.
Perooo para todo hay una excepción, este caso se llama Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad de Felipe Calderón, preso por vínculos con el narcotráfico, y es que a pregunta de la prensa respecto de qué diferencias había, el canciller Marcelo Ebrard, externó que el general no tiene residencia estadounidense ni operaciones financieras como es el caso de García Luna, ni pidió asistencia consultar.
El Presidente ve el caso de García Luna como el mayor ejemplo de corrupción en el país, y que su actuar da cuenta de que en el sexenio de Felipe Calderón se configuró un narcoestado.
Ebrard aseguró que México no negoció por el general, incluso descartó que haya puesto sobre la mesa al fiscal William Barr que, de no ceder el caso, se controlaría la acción de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), que tiene actualmente 50 agentes operando en el país.
Insistió en que toda la conversación se basó en hacerle notar la contrariedad con la que actuaron, pues pese a haber acuerdos de cooperación y decir que confían en las instituciones mexicanas y personas que las encabezan, tomaron una decisión unilateral y detenerlo sin decir agua va a sus vecinos.
Consideró que al fiscal le preocupó el impacto en la relación bilateral y por ello cedió.
El canciller, quien controló la ronda de preguntas y priorizó dar turno a los hombres, pretendía extenderse tras hora y 20 minutos; iba por la última pregunta cuando el Presidente, quien lució pálido y cara alargada, lo paró.
Minutos antes, una integrante de la Ayudantía le hizo llegar una tarjeta, la leyó de forma rápida, le hizo un doblez y deslizó sus dedos por la misma. Luego, metió sus manos en los bolsillos y se quedó mirando hacia el canciller.
Tomó la palabra para cerra: avisó que tenía que salir fuera de Palació sin precisar dónde; tras el escenario de La Mañanera ya le esperaba su esposa Beatriz Gutiérrez, vestida de negro y con el cabello recogido.
Minutos después se supo que su hermana Candelaria Beatriz López Obrador falleció en un hospital militar de la Ciudad de México.
El hecho retrasó casi 40 minutos el evento que el mandatario tenía programado en el Patio de Honor, sobre la reforma laboral.
Allegados y opositores dan pésame al Presidente
Los hermanos López Obrador perdieron a otro de sus integrantes ayer, Candelaria López Obrador falleció en el Hospital Militar de la Ciudad de México, informaron fuentes de Presidencia.
La hermana del Presidente Andrés Manuel López Obrador, era maestra y habitaba en un fraccionamiento de Chiapas.
Tras darse a conocer la noticia, a través de redes sociales, miembros de su gabinete, políticos afines y de la oposición expresaron sus condolencias.
El expresidente Felipe Calderón fue uno de ellos. Otro exmandatario que se sumó fue Enrique Peña Nieto, quien volvió a usar su cuenta oficial tras siete meses de no hacerlo.
“Lamento profundamente el deceso de Candelaria Beatriz López Obrador, “Cande” como la llamábamos quienes tuvimos el gusto de tratarla. Abrazo solidario a nuestro Presidente, a familiares y amigos. Descanse en paz”, escribió el canciller Marcelo Ebrard.
En la Cámara de Diputados y el Senado guardaron un minuto de silencio.
Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, también se expresó por la “irreparable pérdida” y extendió el pésame a los familiares del mandatario.
LEG