A menos que Rosario Robles tenga grabaciones, copias de correos electrónicos, videos, órdenes por escrito, testigos que no sean “colaboradores’’, las acusaciones contra Luis Videgaray, en primera instancia, se quedarán como meros señalamientos.

Igual que ocurre con lo declarado por los Emilios, Lozoya y Zebadúa.

El abogado de la exsecretaria de Desarrollo Social, Sergio Arturo Ramírez anunció que Robles testificará en contra de Videgaray, que el dinero de la “Estafa Maestra’’ se utilizó para las campañas de José Antonio Meade y Peña Nieto.

Quizá lo de Meade tiene lógica; lo de Peña, se entiende que los recursos se usaron para pagar compromisos contraídos durante la campaña presidencial del mexiquense.

El caso es que el único que salió a defenderse ayer públicamente fue Videgaray.

En una extensa carta el ex secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores de Peña, asegura que no fue jefe de Robles y que en las reuniones del gabinete todos eran pares, de igual a igual y nunca hubo subordinación.

También asegura entender la desesperación de Robles por salir de la cárcel pero rechaza haber cometido el o los delitos que el abogado de la exfuncionaria le endilga.

Meade no salió a desmentir lo dicho por el abogado.

O está muy confiado en que Robles no tiene pruebas de sus dichos o está preparando su defensa.

Como sea, el balón está en la cancha de Robles, quien está obligada a probar sus dichos para poder obtener el beneficio del “criterio de oportunidad’’, lo que la hará pasar de acusada a testigo colaborador.

Y mire, quién sabe si los argumentos o las pruebas que haya ofrecido la exfuncionaria hayan convencido a la Fiscalía General de la República o no, pero el hecho es que hasta el cierre de esta edición y a 48 horas de que se hiciera público el cambio de postura de Robles, la oficina de Alejandro Gertz Manero no ha dicho ni Pío.

¿Tendrá Robles un as bajo la manga, información distinta a la que entregaron Lozoya o Zebadúa o es más de lo mismo?

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Al cierre de este espacio la propia Rosario Robles publicó un tuit en el que acepta que se acogerá a la figura de testigo colaborador perooooo, asegura que “se han hecho declaraciones que no han sido acordadas conmigo.

“He instruido a mis abogados atenerse al procedimiento judicial. Lo que sí debo decir es que hablará con la verdad’’.

¿O sea que su abogado se saltó la opinión de su cliente? ¿En serio?

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Idelfonso Guajardo es uno de los pocos exfuncionarios del sexenio peñista que puede caminar sin señalamientos.

Fue el artífice de la negociación del T-MEC aunque este Gobierno se lo escatime, y ahora está en una especie de campaña en busca de ser candidato ciudadano al Gobierno de Nuevo León.

Sus cartas no admiten dudas sobre su capacidad y, a diferencia del hoy gobernador Jaime Rodríguez, “El Bronco’’, él sí ha jugado en las grandes ligas de la administración pública.

Los neoleoneses están profundamente desencantados con la gestión del Bronco y por ello tal vez lo piensen al votar por un candidato independiente.

Pero ante las opciones que se barajan, Guajardo parece una apuesta seria.

Una gran alianza como la que se perfila en Sonora también se cocina en Nuevo León.

LEG