Si bien los adultos mayores son el sector que presenta más vulnerabilidad para desarrollar enfermedades respiratorias; con la llegada del Covid-19, los riesgos son más agudos, pues son los más propensos a desarrollar estados críticos y hasta mortales.
Tan sólo en México, hay 15.4 millones de personas de 60 años o más de las cuales al menos 1.7 de ellas viven solas.
Destacando que la soledad y el aislamiento los pone aún más en riesgo ya que al estar acompañados responden de manera puntual a las enfermedades.
Las actuales cifras de mortalidad que arroja la Secretaría de Salud sobre el SARS-CoV-2 en adultos de entre 60 y 74 años, indican que la cepa ha provocado la muerte de 15 mil 685 mujeres y 25 mil 962 hombres dando un total de 41 mil 647.
El confinamiento vino a frenar la vida de las personas mayores y es que al estar dentro del sector más vulnerable muchos han tenido que quedarse en casa.
En un confinamiento sin fecha de expiración, en 24 HORAS retratamos la experiencia de dos adultas mayores que pausaron su vida cotidiana para enfrentar la “nueva normalidad”.
La nueva vida de los adultos mayores
Josefa Gómez Luna Muñoz residente de Aguascalientes, compartió que el virus afectó sus clases de natación, mismas que eran dictaminadas por su terapeuta.
“Me dijo mi terapeuta que tenía que hacer natación porque padezco ciática y ahora no puedo ir”.
Sobre otros temas de salud relató que tiene marcapasos, por lo que debe hacerse chequeos cada seis meses, mismos que dejó de hacerse.
Ahora, una vez a la semana sale a comprar la comida que necesitará y sus medicamentos.
Sobre las precauciones que toma, detalló que siempre usa cubrebocas, desinfectante y de regreso a casa colocó un tapete con cloro, incluso se da un baño.
Una de las decisiones más complicadas que ha tomado, es que arregló sus servicios funerarios.
“Ya teniéndolo es más fácil. Lo único cierto en la vida es que te vas a morir. Yo disfruto la vida muchísimo”.
Finalmente, se dijo estresada de pensar que uno de sus hijos o nietos se enferme de virus.
“Me gustaría que las medidas fueran más estrictas”, aseveró Guadalupe
En una segunda entrevista, la señora María Guadalupe Llanos Ortiz de 76 años, de la CDMX, platicó que tiene dos hijas, una de ellas vive en su casa junto a sus dos nietas y ella es quien se encarga de las compras indispensables.
“En mi vida cotidiana me dedicaba a mi casa y a cuidar a mis nietas, yo era muy feliz, atendiéndolas”.
María Guadalupe y Josefa compartían el mismo amor por la natación pues por orden médica también tomaba clases.
Sobre la acción de las autoridades, indicó que le “gustaría que fueran más estrictas”.
Finalmente, aseguró que en cuanto se decrete el semáforo verde, lo primero que hará será ir a misa.
“Lo primero que me gustaría hacer es ir a misa y a pasear a Acapulco”.
MGL