Basílica de Guadalupe
Foto: Yizel Padilla Sin mares de feligreses, con las puertas cerradas, en silencio y con una lluvia que impidió la única celebración al aire libre en honor de la virgen de Guadalupe  

Sin mares de feligreses, con las puertas cerradas, en silencio y con una lluvia que impidió la única celebración al aire libre en honor de la virgen de Guadalupe, transcurrió el día de hoy en la Basílica.

Con todos los accesos cerrados para evitar la propagación del Covid-19, a las 18:00 horas decenas de colaboradores de La Villa iniciaron con el encendido de 15 mil veladoras, la mayoría fueron encendidas pero a la par que la noche caía al norte de la Ciudad de México, fuertes rachas de viento y la lluvia arruinaron el encendido.

A los colaboradores les tomó siete horas la colocación de las veladoras en la explanada mariana y otras 15 horas, junto a artesanos de Huamantla, Tlaxcala, se tardaron en colocar un tapete con pétalos de flores llevadas por los creyentes.

Sin embargo, en menos de cinco minutos, la lluvia mojó las 15 mil veladoras y medios de comunicación y personal de la Villa se resguardaron.

A diferencia de hace un año, cuando el recinto recibió a 11 millones de fieles, esta tarde, la explanada quedó vacía y oscura, con las puertas de la iglesia totalmente cerradas.

En silencio, las personas que intentaron encender las miles de veladoras mostraban en sus rostros frustración pues era el mensaje simbólico que quería enviar la Iglesia sobre la presencia a distancia de los feligreses a través de sus velas.

Los trabajadores comentaron que no se rendirían e intentarían encenderlas durante la madrugada del sábado mientras por la televisión se transmitirán las misas y celebraciones en un formato pregrabado.

Comenzó el encendido de las 80 mil veladoras en conmemoración por la Virgen de Guadalupe, a unas horas de su festejo#Fotos: Jefté Arguello pic.twitter.com/HYGpDDN0Ij

Llegan peregrinos

Horas antes, a las afueras de la Basílica, que estuvo cercada por vallas metálicas y decenas de policías, algunos feligreses se colocaron lo más cerca posible para extender sus plegarias a la Virgen.

Un grupo de peregrinos caminó por tres días desde Cholula, Puebla. Relataron que a mitad del camino se enteraron de que no podrían ingresar pero decidieron seguir.

Elementos del Heróico Cuerpo de Bomberos y Guardia Nacional custodian y observan el encendido de las veladoras.

Se colocaron frente a las vallas, y aunque tristes, porque por primera vez en 40 años no pudieron ingresar a la Villa, se dijeron satisfechos porque por un año más, y a pesar de la epidemia, lograron llegar a la Basílica.

Otra persona también llegó en solitario a las inmediaciones, con un cuadro de la virgen de Guadalupe colgado a su pecho, narró que caminó seis horas desde Los Reyes, La Paz, como desde hace 20 años lo hace y rezó “aunque sea de lejos”.

En las calles aledañas, como la de Garrido, donde se encuentran decenas de comercios con artículos religiosos, uno de los vendedores, Martín, describió la escena como “triste” y la comparó con el año pasado cuando los comercios no cerraron en toda la noche y la gente pasaba por su local por cientos.

Este 2020 fue distinto, después de las 20:00, prácticamente a las afueras sólo estaban policías y personas en tránsito, mientras se alistaba la transmisión por televisión de la misa y mañanitas.