“Si siempre analizamos los contratos con letras chiquitas, mucho más hay que analizar lo que no se establece”. Esta fue la petición que hice en el pleno de la Cámara de Diputados ante la aprobación de las reformas de la Ley de Seguridad Social y del Sistema de Ahorro para el Retiro. Es importante decir que de entrada, celebramos cualquier ajuste que se haga enfocado a que los trabajadores tengamos una vida más digna, sin embargo, es importante ser observadores y claros en cada uno de los puntos que se aprueben.
En el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) votamos para que esta reforma se aprobara en lo general pero hicimos algunas reservas de ley, cabe mencionar que no fuimos los únicos, sino que los aliados de Morena también manifestaron cierta inquietud ante la falta de precisión de cómo es que se van a aplicar los cambios, pero como ya se ha hecho costumbre, estas objeciones fueron desechadas porque los morenistas unieron fuerza y las reformas pasaron sin obstáculo alguno.
Las modificaciones propuestas tienen un punto bastante certero, y es que se modificaron los artículos 154 y 162 de la Ley del Seguro Social para que el número de semanas de cotización que se requieren para gozar de una pensión pasen de mil 250 a mil, reducción que indican será gradual y logrará la disminución total en el año 2031.
Sin embargo, como legisladores y como representantes de las familias mexicanas no podemos ser omisos y debemos insistir en que será necesario promover una Ley Secundaria. Y es que entre las reservas pasadas por alto, está una que pudiera convertirse en tiro de gracia para la clase obrera: me refiero al uso de la Unidad de Medida y Actualización mejor conocida como UMA, para determinar las aportaciones al Seguro Social y para el cálculo de las pensiones.
Se ha comprobado que el uso de la UMA representa un daño económico a los intereses de los pensionados, y es que es sencillo, esta representa en automático la obtención de pensiones más bajas, la razón es simple: su valor. Por un salario Mínimo hoy se pagan 123 pesos con 22 centavos en la mayor parte del país, mientras que por una UMA se paga 86 pesos con 88 centavos.
Si entonces, los montos de las pensiones se calculasen en UMAS, estas tendrían una disminución de prácticamente 35%, por lo que esta Ley, lejos de ser un beneficio sería lo contrario. Cabe señalar que este peligro también ha sido analizado con anterioridad por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y en 2019 consideró inconstitucional el uso de la UMA para el cálculo de pensiones, sin embargo, es necesario que esto quede asentado también en la misma Ley.
Hay que considerar un riesgo más: si quedó establecido que las semanas de cotización pasarán de 1,250 a mil, entonces existiría otra reducción a la pensión, ya que no es lo mismo cotizar por 25 años que por 20, si a esta disminución le sumamos la de un posible cálculo con base en UMAS, entonces sí, la pensión quedaría disminuida al mínimo.
Por ello insistí tal como lo hice en el pleno, en que la pensión debe garantizar a las personas adultas que puedan concluir su vida laboral decorosamente y sin necesidad de seguir trabajando, además de que debe ser suficiente para cubrir las necesidades básicas.
Estamos a unos cuantos días de Navidad, sin duda época obligada para la reflexión que nos lleven a la búsqueda de nuevas acciones para el beneficio de los mexicanos.
@CarlosPavonC