Mucho se insistió en que la iniciativa para modificar la Ley del Banco de México representaba más beneficios para la sociedad que perjuicios a la independencia de la banca central. Tan no era así que ayer la Cámara de Diputados determinó posponer hasta el próximo año la discusión de esta polémica reforma.
El senador Ricardo Monreal se ha asumido como el principal promotor de la iniciativa que desató críticas y el rechazo de todo el sector financiero, de los partidos políticos de oposición e, incluso, de algunos legisladores de Morena.
¿Qué es lo que se defendía a través de la reforma que acabó siendo pospuesta? De acuerdo con sus escasos promotores, la iniciativa pretende evitar que el exceso de dólares en efectivo que ingresan por concepto de remesas, turismo e inversiones provoquen distorsiones en el mercado cambiario. Por ello, se busca que Banxico compre las divisas extranjeras que no puedan salir del país, importando poco o nada el origen y legalidad de estos dineros.
El argumento es altamente debatible, ya que, de acuerdo con el propio Banxico, 99% de los dólares que envían los paisanos llega a nuestro país por vía electrónica y sólo el 1% restante entraría en esta zona de dificultad cambiaria que, sí, existe en México.
Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, ha insistido en que las instituciones financieras recibieron en los nueve primeros meses de este año 4 mil 700 millones de dólares, de los cuales únicamente 201 millones fueron en efectivo.
El que ingresen dólares a las arcas del Banco de México por las razones y caminos que se esgrimen en la iniciativa defendida por el senador Monreal sí pone en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas del país. En términos sencillos, Banxico estaría expuesto a ser sancionado por autoridades extranjeras, como cualquier otra institución financiera, al no contar con las herramientas para poder verificar el origen lícito o ilícito de los recursos en moneda extranjera que recibiría.
¿Qué necesidad se tiene de poner en riesgo de esta forma la estabilidad del banco central? ¿Para qué exponer nuestras reservas? ¿Qué intereses están detrás de esta iniciativa que son más fuertes que el principio de autonomía de Banxico?
Es muy larga la lista de personalidades del actual régimen, de legisladores de todos los partidos, de instituciones financieras y del propio Banco de México que han manifestado su rechazo ante esta iniciativa. ¿Sus voces serán escuchadas por la comisión bicameral que la analizará más a fondo en los próximos meses, como fue anunciado ayer por el senador Ricardo Monreal y el diputado morenista Ignacio Mier? No hacerlo sería, nuevamente, un acto de enorme irresponsabilidad legislativa.
Segundo tercio. “Las operaciones en efectivo conllevan la posibilidad de que recursos de procedencia ilícita se incorporen en el circuito de efectivo en moneda extranjera que administra el sistema financiero y dicho riesgo sería transferido al Banco de México al imponer la obligación de recibir los recursos en efectivo. Ello podría derivar en sanciones a nivel internacional que inhiban las operaciones del banco central en moneda extranjera”. Así resume el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas el riesgo en el que nos encontramos.
Tercer tercio. “Espero que realmente se escuche y se logre una reforma sensata”, expuso ayer la senadora Laura Rojas en sus redes sociales.
@EdelRio70