Este es el caso del doctor Philip Peven de 104 años, considerado pionero en el campo de la inseminación artificial, quien es acusado de inseminar a cientos de mujeres sin su consentimiento; hasta el momento van cinco personas que resultaron ser sus hijos.
Según medios locales, un grupo de personas descubrieron que estaban relacionados a través de una prueba de ADN.
Una de las mujeres, Jaime Hall, fue en busca del doctor Peven tras los resultados, pues parece que los hijos de varios pacientes son sus hermanos.
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Hall confirmó que el médico admitió ser su padre, así como de muchos otros y explicó que lo hizo con inseminación artificial.
Jaime dijo que ella creyó toda su vida que el donante del esperma era un amigo de la familia, hasta la actualidad.
Aparentemente, el ginecólogo llevaba a cabo un subterfugio previo a la llegada del ADN, además, se graduó de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan en 1941 y fue pionero en el campo de la inseminación artificial para parejas que no podían procrear por su cuenta.
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El doctor Philip estuvo relacionado en un total de nueve mil partos durante su carrera de 40 años en el estado de Detroit, en Estados Unidos y completó su educación médica en el Hospital y Centro Médico Michael Reese en Chicago; se jubiló en 1987.
Finalmente, Hall se dijo sorprendida, sin embargo, no estaba enojada, y señaló que denunció debido a que todos los nacidos bajo inseminación artificial gracias a ese doctor tenían el derecho de saber quienes son sus verdaderos padres, por lo que instó a los hijos de sus pacientes en 1950 y 1980 a hacerse una prueba de ADN.