Durante la contingencia se ha proporcionado orientación y atención a través de nuestras líneas telefónicas y redes sociales a 12 mil 856 personas, representando un aumento del 39% en comparación al 2019.
El mayor incremento del año fue en marzo (80%), mes en el que inició el confinamiento. El 41% de las solicitudes fueron realizadas por mujeres víctimas de violencia, el 5% de instituciones y 41% redes de apoyo. Del total de llamadas el 79% fueron efectuadas por mujeres.
En el mes de noviembre cada hora una mujer se comunicó a la RNR para pedir apoyo ante una situación de violencia, el 33.73% sufrió violencia física, 28.87% psicológica y el 19% aseguró haber sufrido todos los tipos de violencia, observándose un aumento en las violencias sexual y patrimonial a partir del mes de septiembre.
El 63% de las mujeres fue víctima de violencia por parte de sus esposos o parejas. El 83% de las mujeres, que es la mayoría de los casos en los que se sabe la edad, se encuentran en un rango de 21 a 40 años. Asimismo, durante los meses de octubre y noviembre 4 de cada 100 Mujeres reportaron intentos de feminicidio.
De las atenciones especializadas brindadas durante el mes de noviembre, el 51% fueron de la Ciudad de México y el Estado de México, seguidos del 19% de Veracruz, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Nuevo León, Chiapas y Michoacán.
El machismo y la misoginia impera en nuestra cultura, gobierno y hogares, violentando a las niñas y niños, cuatro de cada 10 mujeres que se comunicaron a la RNR reflejaron que sus hijas e hijos fueron víctimas de violencias durante el confinamiento, representando el 41% es decir 2 mil 492 niñas y niños reflejan haber vivido algún tipo de violencia dentro de los espacios que deberían son seguros, sus casas.
Debido a la desconfianza en las autoridades, la falta de oportunidades y la ineficiencia de las órdenes de protección, las mujeres deben salir de sus casas con sus hijas e hijos en busca de espacios seguros. A lo largo de la pandemia la RNR ha realizado 39 rescates, 5% internacionales, el 28%, en la CDMX, el 24%, EDOMEX, y el resto en Morelos, Puebla, Chiapas, Nayarit, Guanajuato, Guerrero, Quintana Roo, Querétaro, Hidalgo, Sinaloa y Tlaxcala.
Las mujeres víctimas de violencias han sido testigas de la impunidad, la violencia institucional y la revictimización, quienes ante la ausencia de respuesta gubernamental han recurrido a organizaciones de la sociedad civil en busca de acompañamiento especializado, aquel que el Estado no les ha podido ofrecer.
Datos de la RNR reflejan que 2 de cada 10 mujeres que se comunicaron a la RNR, ya habían solicitado apoyo a una instancia gubernamental, pero no recibieron el acompañamiento esperado.
Mientras 2 de cada 100 reconocieron haber sido víctimas de violencia institucional.
Atenciones en los espacios de prevención, atención y protección integrantes de la Red Nacional de
Refugios, A.C
En los más de 70 espacios de prevención, atención y protección de la RNR se ha identificado que el 29.07% de niñas y niños han sufrido violencia física en sus hogares, el 29.45% psicológica, 22.25% económica, mientras 3 de cada 200 infantes han vivido agresiones sexuales en sus casas, durante este periodo de confinamiento más de 800 niñas y niños han sido víctimas de violencia sexual por algún integrante masculino de su núcleo familiar.
Los Refugios y Centros de Atención Externa han estado operando ininterrumpidamente durante el confinamiento, atendiendo las violencias machistas y previniendo feminicidios, siendo incluso considerados como servicios esenciales por parte del gobierno, sin embargo, no se les han designado recursos suficientes en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 (PEF2021).
Durante los últimos nueve meses, los espacios de atención y protección de la RNR han incrementado sus ingresos de familias un 53%, brindando atención integral especializada y gratuita a 25 mil 225 mujeres, niñas y niños, lo equivalente a ocupar dos veces y media el Auditorio Nacional con mujeres, niñas y niños a quienes se les restituyeron sus derechos.
El 87.59% de los agresores fueron sus esposos, novios o exparejas y en el 12% de ellos tenían vínculos militares o políticos, el 28% usan armas de fuego y el 27% cuenta con antecedentes penales, reflejo de las fallas en el sistema de justicia, de las violencias sistémicas y estructurales que junto con la impunidad perpetúan las violencias machistas y de género.
Ante esta realidad la respuesta gubernamental ha sido etiquetar el mismo recurso designado en el PEF2020, 405 millones de pesos para el 2021, celebrándose que el presupuesto no se hubiera disminuido, sin embargo, es importante hacer un análisis desde la perspectiva de género y desde las realidades, mantener el mismo presupuesto, significa no solo que no hay un incremento sino que hay una disminución, invisibilizándose: la inflación, las necesidades y demandas específicas que la pandemia trae en las vidas de las mujeres, niñas y niños víctimas de violencias, sumado a ello, el no reconocimiento de la inversión que hemos realizado las Organizaciones de la Sociedad Civil para hacer frente a estas necesidades extraordinarias como las Casas de Emergencia, Casas de Transición, generación de empleos y demás acciones no contempladas por el gobierno en turno.
Durante el 2020 las violencias contra las mujeres se han incrementado de forma exponencial siendo el año más violento para las mujeres y niñas, reflejo de un Estado de derecho ausente, colocándonos en la primera línea de actuación las Organizaciones de la Sociedad Civil, las feministas y defensoras de derechos humanos quienes hemos implementado acciones creativas para cubrir el abandono y los obstáculos del sistema patriarcal que avasalla nuestro país.
A unas semanas de finalizar el 2020 en la Red Nacional de Refugios reafirmamos nuestro compromiso en pro del derecho a una vida libre de violencias para TODAS las mujeres y niñas en todas sus diversidades, y enfatizamos nuestra exigencia al Estado mexicano, las 32 entidades federativas y todas las instituciones que lo conforman a cumplir con su obligación de garantizar la vida, dignidad y seguridad de las mujeres, niñas y niños en México, a exigir hechos y acciones y no más simulaciones.
EFVE