Desde el primero de enero, 2020 nos dejaba ver que sería un año difícil, aunque lejos estábamos -todavía- de imaginar que el mundo estaría paralizado a causa de un nuevo virus, el SARS CoV2, que hasta la fecha, ha dejado más de 80 millones de contagios y casi dos millones de muertes, en todo el mundo.
Mientras que el primero de enero, la Organización Mundial de la Salud lanzaba la primera alerta por el nuevo coronavirus, en México, aparecía -sin reglas de operación- el nuevo Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), que sustituía al Seguro Popular, y comenzaba a generar confusión entre beneficiados y prestadores de servicios y ocasionó un desabasto de medicamentos, principalmente para niños con cáncer.
A finales de febrero, México reportó su primer caso de Covid-19, iniciaba la pandemia, que hoy, se encuentra en su peor momento de propagación.
La confusión, el miedo y la ignorancia, llevaron a los humanos a sacar lo peor y lo mejor de todos, pues mientras algunos se organizaban y apoyaban a enfermos y grupos vulnerables, otros, atacaban y agredían al personal de salud que, desde hace un año, se encuentra al frente de la batalla combatiendo a un enemigo invisible que sigue generando dolor y muerte.
El Covid-19 no era el único virus que atacaba a México, en febrero los feminicidios de la niña Fátima, de Ingrid Escamilla, de Ximena Quintero y de Abril Pérez, entre otras, indignaron a la población, y el 08 de marzo en un día histórico, las mujeres desaparecimos.
México se quedó un día sin mujeres, y el 09 de marzo con más fuerza, salimos a las calles para recordar que estamos vivas y que ¡vivas nos queremos!
Llegó la Semana Santa, los contagios comenzaron a crecer, Europa fue el primer continente en paralizar sus actividades y las imágenes de hospitales desbordándose por no tener camas para atender pacientes, eran de terror. En México, se decretó el primer cierre total de actividades. Las filas en las tiendas no eran por comida, eran por cervezas, que también pararon su producción.
De manera histórica, la Iglesia Católica cerró las puertas de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco, llevó a cabo una ceremonia litúrgica en una Plaza vacía; mientras que en el mundo seguía creciendo la pandemia y en México escaseaban los equipos de protección personal para los trabajadores de la salud.
La pandemia estaba en crecimiento, el país paralizado, el desempleo en su peor momento; así cerraba el primer semestre de 2020.
Y en Pregunta Sin Ofensa:
Lo bueno, lo malo y lo feo de 2020
Lo bueno: La solidaridad con el personal de salud, así como con amigos y familiares con Covid-19
Lo malo: Los feminicidios no paran, han sido las mujeres y niños, los más violentados durante la pandemia
Lo feo: La falta de autocrítica sobre el manejo de la pandemia y seriedad del presidente, Andrés Manuel López Obrador, que se sigue negando a usar cubrebocas
LEG