Policía Caníbal
Foto: Reuters/Archivo El hombre había sido oficial de la policía de Nueva York, Estados Unidos, tenía 28 años, un título en psicología  

Desde la llegada de las redes sociales, muchas parejas han atravesado por todo tipo de situaciones a causa de los celos. Tal es el caso de Kathleen Mangan-Valle, quien pensó que su esposo pasaba demasiado tiempo en línea.

Él estaba usando su computadora, ya que la suya se había dañado, así que Kathleen aprovechó la situación y descargó un software espía pues sospechaba que estaba teniendo una aventura amorosa con otra mujer.

La mujer jamás se imaginó con lo que se iba a encontrar.

Además de imágenes de mujeres torturadas y agredidas sexualmente, descubrió búsquedas en línea de frases como “cómo secuestrar a una mujer”, “recetas de cocina con carne humana” y “esclavitud blanca”.

El sujeto también había publicado en un foro web dedicado a fetiches sexuales relatos detallados de agresión sexual y canibalismo bajo el nombre de usuario “Girlmeat hunter” (cazador de carne de chica).

El esposo de Mangan, también había estado charlando en línea con otros hombres sobre cómo y con qué raptar, matar y comerse a mujeres que conocía, entre las cuales figuraban amigas de la universidad, una adolescente local y ella misma.

“Me iban a atar los pies y me cortarían la garganta, y disfrutarían viendo la sangre brotar”, dijo, sollozando, en el estrado de los testigos durante el juicio que se le hizo a su esposo en febrero de 2013, luego de que fuera arrestado en el octubre anterior.

Las fantasías eróticas de estos hombres incluían a otras dos mujeres que serían “violadas una frente a la otra para aumentar” sus temores; una más sería quemada viva y dos iban a ser puestas en un asador y cocinadas en turnos de 30 minutos para prolongar más su sufrimiento.

El acusado, de nombre Gilberto Valle, también lloró al escuchar el testimonio de su esposa.

El hombre había sido oficial de la policía de Nueva York, Estados Unidos, tenía 28 años, un título en psicología y una bebé de dos meses de nacida.

Valle fue acusado de conspirar en internet para secuestrar, violar, matar y canibalizar a mujeres víctimas, así como de utilizar una base de datos federal para buscar información de contacto de varias mujeres.

La Evidencia

Tras leer los que su esposo planeaba, Megan-Valle huyó a casa de sus padres, de donde se había comunicado con la Oficina Federal de Investigaciones, y les había dado acceso a la computadora portátil y a otra computadora en su casa.

La fiscalía recuperó una conversación en la que “el Sr. Valle hablaba sobre una mujer real específica que él conocía, y de la logística de meterla en un horno”, citado por el fiscal federal Randall W. Jackson en su discurso de apertura.

En el resto de los archivos recuperados de la web oscura, habían discusiones sobre los más mínimos detalles de las estrategias para cometer los crímenes.

Por su parte, la defensa del acusado no negó que las pruebas fueran verídicas, asimismo coincidió que se eran impactantes y espantosas; sin embargo, la abogada Julia L. Gatto, señaló que las conversaciones tenían mucho en común con filmes de terror: “Son pura ficción. Son unas fantasías aterradoras”.

Este caso, alegó, ponía a prueba los principios fundamentales de “la libertad de pensar, la libertad de decir, la libertad de escribir, incluso, los principios más oscuros de nuestra imaginación”.

Pese a todo lo hallado en los ordenadores, no había evidencia de que alguna de las mujeres mencionadas por el oficial Valle hubiera sufrido ni la más mínima agresión.

El caso del “Policía Caníbal”-nombre que la prensa le dio-, fue estudiado en escuelas de Derecho, pues genera preguntas fascinantes sobre la frontera psicológica y legal entre pensamientos “normales” y los peligrosos.

En nombre de la prevención del delito, ¿en qué momento es correcto intervenir? ¿Puede una fantasía por sí sola ser un crimen?

Para el jurado, la respuesta fue “Sí”, pues Valle fue declarado culpable de “Conspiración para secuestrar” y ” realizar una búsqueda informática no autorizada de una base de datos federal”, pese a no haber realizado ninguno de los crímenes que describió, el hombre fue encarcelado.

Pensamiento Homicida

Cabe destacar que, aunque las fantasías de canibalismo presuntamente no son muy comunes, las de asesinato al parecer sí lo son.

Se les conoce como “ideación homicida” y hay científicos que las han estudiado.

Estudios han encontrado que el 73% de los hombres y el 66% de las mujeres de su muestra habían fantaseado con matar a alguien. Para confirmar los resultados, replicaron el experimento y encontraron tasas similares: 79% de hombres y 58% de mujeres.

¿A quién querían asesinar los participantes?

Los hombres eran más propensos a fantasear con matar a extraños y compañeros de trabajo, mientras que las mujeres fantasean con miembros de la familia.

Malos Pensamientos 

Entonces, fantasear con algo tan malo es potencialmente bueno.

Pero, ¿dónde está esa línea que no se debe cruzar?

No donde se la habían pintado a Valle, según un juez de apelación que anuló el veredicto original 21 meses más tarde.

Las “fantasías sexuales depravadas y misóginas acerca de su esposa, excompañeras universitarias y conocidas sin duda reflejaban una mente enferma“, declaró el juez Paul Gardephe. Pero eso, añadió, no es motivo suficiente para una condena.

Ni siquiera los detallados planes convencieron a Gardephe de privarlo de su libertad. En el fallo, citó un caso en el que Valle supuestamente “acordó” con sus amigos cibernéticos secuestrar a tres mujeres diferentes el mismo lunes a principios de 2012: una en la ciudad de Nueva York, otra en Pakistán y la tercera en Ohio.

“Ningún jurado razonable podría haber concluido que Valle realmente pretendía secuestrar a una mujer en esa fecha”, concluyó el juez.

“Sólo es culpable de tener pensamientos muy poco convencionales”, dijo, sonriendo, su abogada Julia Gatto, a la salida del juzgado ese día de julio de 2014.

“No somos la policía del pensamiento… El gobierno no debe meterse en nuestras cabezas”, continuó.

En 2016, se publicó un libro llamado “Raw Deal: The Untold Story of ‘Cannibal Cop‘” (Injusticia: la historia jamás contada del “policía caníbal”). El coautor era Gil Valle y el subtítulo era “Una memoria”.

La editorial Wildblue Press juzgó necesario escribir un prólogo en el que explica las razones para publicarlo, señalando que sentía, como la mayoría de la población, repulsión ante el tratamiento a las mujeres en las fantasías del autor.

Termina diciendo: “¿Cuándo, si es que alguna vez, un ‘pensamiento’ se pasa de la línea y se convierte en un crimen? Vale la pena pensarlo…”.

Desde entonces, Valle ha publicado cuatro novelas; vendiendo ahora lo que antes escribía en secreto.

EFVE