Iniciamos el 2021 con optimismo, pero con algunos eventos importantes. En la parte externa, se dio ya el Brexit “amigable” que apuntará en el tiempo a un cambio de “liderazgo financiero” en Europa. Estarán contados los días de Londres como centro financiero por excelencia, el segundo más importante en el mundo después de Nueva York, para dar paso a un nuevo centro financiero ubicado dentro de la Unión Europea. Esta reubicación deberá contar entre otros aspectos, con mantener el idioma inglés como parte de un intercambio con Nueva York y la fuerte operación que se mantiene con el “Dólar” a nivel mundial, un ambiente regulatorio favorable en materia de empleo, excelente infraestructura de transporte y en comunicaciones, disponibilidad de inmuebles para oficinas de todos tamaños, vivienda de lujo y/o modernas, buenas universidades, una ciudad de ambiente con buenos restaurantes, hoteles, centros culturales, diversión, de fácil acceso, entre otros aspectos. Ciudades como Frankfurt, Ámsterdam, Viena, Paris, entre otras, podrán ser ciudades ganadoras.

El intercambio comercial entre Reino Unido y la Unión Europea alcanza el billón de euros, por lo que es importante dejar toda la operación y regulación muy clara. Es probable que veamos dentro del primer trimestre del año, cierta volatilidad tanto con el euro como con la libra esterlina.

También el día 20 de enero, iniciará la gestión tan esperada de Joe Biden al frente de los Estados Unidos y para ello, ya sabremos cómo quedó conformada la Cámara Alta, el Senado. Si los republicanos mantendrán el dominio o darán luz verde a los demócratas para actuar de manera directa por espacio de dos años, al contar con la Presidencia y la Cámara Baja en su dominio.

En la parte nacional, tendremos dos eventos de suma importancia que darán una condición importante en la confianza y en las inversiones. La primera es la Ley Banxico por su trascendencia y la segunda serán las elecciones intermedias, especialmente con el resultado en el Congreso.

En lo que se refiere a la Ley Banxico, hemos comentado, el riesgo de su aprobación. Esto no implica que al día siguiente veamos una inundación masiva de dólares en nuestra economía, aunque sí un deterioro gradual. Significa, la pérdida de una autonomía para su manejo operativo y de total transparencia, que en los últimos 25 años ha ganado la confianza y respeto de inversionistas nacionales y extranjeros, de organismos internacionales y de bancos centrales como la Fed, el BCE, el BoJ, el BoE, entre otros.

Pero más allá de eso, también implicaría el riesgo de “renuncias” del gobernador Alejandro Díaz de León y de algunos Subgobernadores ante el riesgo de tomar responsabilidades por temas de Lavado de Dinero, que genere problemas con la regulación internacional que incluya problemas de operación de Bancos Comerciales y de Banxico con el exterior, congelamiento de cuentas, suspensión de operaciones de compra – venta, etc.

Podríamos ver en caso de su aprobación, movimientos de presión en el Tipo de Cambio, en las decisiones de política monetaria y movimientos secundarios en mercado de dinero, caída en el mercado accionario y como dijo Moody´s, probables ajustes a la baja en la Calificación Crediticia Soberana.

Si se deteriora Banxico, es como si se colapsaran los cimientos estructurales en una construcción, de por sí, endeble.

El segundo evento serán las elecciones intermedias, donde el Congreso marcará la pauta de una continuidad en el desarrollo económico, político y social de la 4T o que se tenga un equilibrio que permitan transitar en mejores condiciones los siguientes tres años.

La economía cayó fuerte en 2020 y la recuperación para este 2021 será estadística, solamente beneficiada por el mercado internacional. Mientras la inversión pública y privada siga cayendo, no hay condiciones para esperar crecimientos económicos sostenidos. La confianza es fundamental y el resultado será un detonador.

                                                                                                                     @1ahuerta