El máximo responsable de las elecciones en Georgia reveló que el presidente Donald Trump lo había presionado para que aceptara una llamada “inapropiada” en la que instaba al estado a que anulara su derrota en las elecciones de noviembre en la entidad.
En la llamada del sábado, Trump le dijo al secretario de Estado de Georgia, el también republicano Brad Raffensperger, que “encontrara” suficientes votos para anular su derrota electoral en el estado sureño, según una grabación publicada por medios de comunicación estadounidenses.
“Nunca creí que fuera apropiado hablar con el Presidente, pero él presionó, supongo que hizo que su personal nos presionara. Querían una llamada”, dijo el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, a la cadena ABC en Good Morning America.
Dos congresistas demócratas pidieron ayer al director del FBI, Christopher Wray, que investigue la llamada.
“Creemos que Donald Trump se involucró en pedir o conspirar para cometer varios delitos electorales.
Le pedimos que abra una investigación criminal inmediata sobre el Presidente”, dijeron en un comunicado. El Departamento de Justicia no hizo comentarios sobre la petición de los representantes Ted Lieu y Kathleen Rice.
Un demócrata del estado pidió que se investigue si Trump violó la ley electoral de Georgia con su llamada. Raffensperger y el fiscal de su oficina rechazaron las afirmaciones de Trump sobre el fraude electoral en la conversación de una hora.
“Atendimos la llamada y tuvimos una conversación. Él habló casi todo el tiempo, y nosotros escuchamos”, dijo Raffensperger, “pero quiero señalar que los datos que tiene son simplemente erróneos. Tenía cientos y cientos de personas que dijo que estaban muertas que votaron.
Encontramos dos. Ese es un ejemplo de sus datos erróneos”.
Trump, durante dos meses, ha estado afirmando, en contra de la evidencia, que su derrota ante el presidente electo Joe Biden fue el resultado de un fraude generalizado. Múltiples revisiones estatales y federales, así como los tribunales, han rechazado esas afirmaciones como sin fundamento.
La llamada representa el último esfuerzo de Trump para cambiar los resultados de la carrera que perdió luego de semanas de esfuerzos legales y políticos.
FRASE
“Nunca creí que fuera apropiado hablar con el Presidente, pero él presionó, supongo que hizo que su personal nos presionara. Querían una llamada. La atendimos y tuvimos una conversación”
Brad Raffensperger
Secretario de Estado de Georgia
Pelean hasta el final estado de Georgia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajó a Georgia el lunes en un intento por mantener el Senado en manos republicanas, después de que sus esfuerzos por revertir su derrota en el estado hayan inyectado incertidumbre en un par de carreras que se consideran demasiado reñidas.
El presidente electo, Joe Biden, también sostuvo un mitin antes de la segunda vuelta de las elecciones de hoy, que enfrentará a dos senadores republicanos en ejercicio contra dos aspirantes demócratas.
Si los republicanos Kelly Loeffler y David Perdue defienden con éxito sus escaños, su partido mantendría una mayoría de 52 escaños en los 100 del Senado, lo que les daría poder para bloquear gran parte de la agenda de Biden cuando asuma el cargo el 20 de enero.
Una barrida de los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff entregaría el control al partido de Biden, ya que la vicepresidenta electa Kamala Harris tendría en sus manos el voto de desempate si la Cámara alta queda 50-50. Eso facilitaría que Biden apruebe más alivio contra el coronavirus y aborde el cambio climático, ya que los demócratas también controlan la Cámara de Representantes.
Ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría en sus elecciones de noviembre, lo que obligó a celebrar una segunda vuelta.
Biden ganó por estrecho margen en Georgia, rompiendo años de dominio republicano.
‘Un abuso de poder, atrevido y descarado’, Kamala Harris
La vicepresidenta electa de Estados Unidos, Kamala Harris, criticó al presidente Donald Trump y su llamada de presión al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para encontrar votos que anulen los resultados de las elecciones, lo que calificó como un “abuso de poder descarado y atrevido”.
“¿Han oído hablar de esa conversación grabada?”, preguntó mientras la audiencia hacía sonar las bocinas de sus autos. “Bueno, fue, sí, ciertamente, la voz de la desesperación, y fue un abuso de poder descarado y atrevido”.
LEG