El lunes preguntamos en este espacio si le convenía a la coalición formada por el PRI-PAN y PRD recibir a los rebeldes de Morena que no ganaron una candidatura.

El PAN, por lo visto, ya decidió que sí.

Ayer el presidente del Acción Nacional, Marko Cortés, abrió las puertas de su partido para todos los renegados de Morena.

Eso sí, les puso como condición que reconocieran públicamente que “las cosas en el país están mal y que hace falta un golpe de timón’’.

Se las puso muy barata, la verdad.

Casi todos los ex secretarios del gabinete de López Obrador que le han renunciado han salido hablando pestes del Gobierno.

El único que no lo ha hecho abiertamente es el ex secretario de Comunicaciones Javier Jiménez Espriú, a lo mejor porque no ha tenido la oportunidad.

El pragmatismo mostrado por Cortés, sin embargo, ni siquiera es congruente con los postulados de la alianza, que es evitar la expansión de Morena para evitar, desde su punto de vista, más daño a la nación.

¿Un morenista -el que sea- que durante años culpó a los gobiernos del PAN del “baño de sangre’’ que vive el país convertido a la fe blanquiazul por efectos del rechazo de su rebaño?

¿Qué clase de partido se permite esas libertades? ¿Qué clase de político puede cambiar de convicciones como si cambiara de calcetines?

Aún más, ¿qué clase de resultados para la población espera el partido que acepta a un rechazado por el partido en el Gobierno?

En el pasado la fórmula tuvo éxito.

Cuando el PRI le negó la candidatura al Gobierno de Zacatecas a Ricardo Monreal, éste migró al PRD y ganó. Lo mismo hizo Mario López Valdez, “Malova’’ en Sinaloa y también ganó.

Los tiempos han cambiado.

Si bien esos cambios tuvieron una visión estatal de la búsqueda del poder, lo que está en juego ahora es el proyecto de país en el largo plazo.

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La disputa por la candidatura a presidente municipal de Benito Juárez -Cancún-, se está poniendo intensa.

La actual presidenta municipal, Mara Lezama quiere competir por la reelección pero tiene enfrente nada más a la senadora Marybel Villegas, respaldada por el líder del Senado, Ricardo Monreal, y por el presidente Morena, Mario Delgado.

Lezama salió bien librada del caso de represión policial ocurrida en el palacio municipal en contra de un grupo de mujeres que protestaban por un feminicidio; cayeron los jefes policiacos y bien o mal ella salió casi ilesa del evento.

Pero no su Gobierno no ha tenido buenas críticas a nivel de tierra y, tratándose de uno de los municipios que más aportan por impuestos, Morena no quiere arriesgar una eventual derrota.

Quien sabe si haya “encuesta’’ para definir a la candidata de Morena, pero los sondeos independientes previos -y reales- le conceden una ventaja a la hoy senadora que, de ser cierta, la hace imposible de alcanzar.

Veremos que dice el gran dedo elector.
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Lo bueno es que a los ojos presidenciales “lo peor de la pandemia’’ en el Valle de México está pasando.

Que si no…

Ayer se registraron 1,065 muertos y 11,271 contagios; los hospitales de la Zona Metropolitana están saturados y hasta estados vecinos, como Hidalgo, decretaron alerta máxima -con eso de que el color del semáforo ya es irrelevante-, en casi la mitad de sus municipios, la mayoría son los que hacen frontera con la CDMX o el Estado de México.

Ahí la llevamos…

LEG