Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y Canadá emitieron un comunicado el sábado en el que subrayan su “seria preocupación” por los arrestos masivos de figuras que defienden la democracia en Hong Kong, gracias a la nueva ley de seguridad, en medio de renovada presión por parte de Pekín.
Los países firmantes señalan que “está claro que la ley de Seguridad Nacional es utilizada para eliminar el disenso y las visiones políticas opuestas”, aunque no hacen mención a posibles sanciones.
Más de mil policías detuvieron a 53 personas -entre ellas un ciudadano estadounidense en redadas desarrolladas en la madrugada del miércoles pasado bajo acusaciones de “subversión”, un nuevo crimen de seguridad nacional que puede resultar en una condena a cadena perpetua.
La medida fue el más reciente movimiento de China en su batalla por aplastar la disidencia en la ciudad semiautónoma luego de que millones de personas salieran a las calles en 2019 para protagonizar enormes y a veces violentas protestas por la democracia.
La mayoría de los arrestados previamente ya quedó en libertad.
Las naciones occidentales acusan a Pekín de usar la represión para eliminar libertades que fueron prometidas bajo el acuerdo de “Un país, Dos sistemas” que permitió la devolución del otrora enclave británico a China.
Estados Unidos ya ha sancionado a varios funcionarios chinos y de Hong Kong, incluyendo a la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam. El secretario de Estado Mike Pompeo dijo esta semana que el gobierno saliente de Estados Unidos puede considerar nuevas sanciones a la luz de los recientes arrestos.
ica