Para realizarse la prueba y saber si tiene Covid-19, la gente hace largas filas y espera más de dos horas en el Macroquiosco de la Salud, ubicado en la explanada de la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM).

Al llegar, la gente espera sentada o de pie y todos llevan cubrebocas. Por las condiciones del espacio es imposible guardar sana distancia.

Incluso se ve a personal administrativo y de limpia de la GAM esperando su lugar para acceder a su prueba rápida.

A las 11:30 horas, los que están formados se preguntan entre sí: “¿Usted tiene síntomas?”. Algunos responden: “Tengo tos”; “no huelo”; “me piden la prueba en el trabajo”; “estuve con un positivo”.

Funcionarios del Macroquiosco informan que hay gente formada desde las 4:00 horas, aunque el servicio inicia a las 9:00 y termina a las 17:00 horas.

El reloj marca las 12:30 del mediodía. La gente sigue llegando, mientras que las personas formadas apenas avanzan una calle. Algunos se sientan en las bancas y siguen su plática: “Me canso mucho, a ver cómo salgo”; “Yo no, pero estuve con un positivo que ahora está intubado”.

A las 13:00 horas, llega un funcionario con careta, guantes y cubrebocas, para repartir dos hojas con número de folio a cada persona, en las que deben escribir sus datos.

Poco después, regresa el mismo personaje para advertirle a la gente que va llegando que no sabe si habrá más pruebas, por lo que si no alcanzan tendrán que volver al día siguiente.

Algunos deciden arriesgarse y se forman, mientras que los demás se acercan cada vez más a su destino.

A las 13:45, quienes ya llevaban más de dos horas formados empiezan a pasar uno por uno; se sientan en sillas de plástico respetando la sana distancia, y llega otro funcionario para revisar que las hojas tengan los datos correctos.

La gente entra a una de las tres carpas y los médicos indican que deben bajar su cubrebocas para dejar al descubierto su nariz; les insertan el isótopo y ponen su número de folio en la prueba, los invitan a salir, sentarse y esperar para saber su resultado.

Hay tensión entre la gente. Al oír su nombre, se levantan y van a la carpa. Si resultan positivos, se les da un kit que incluye una caja con tres tabletas de azitromicina, una de ivermectina con cuatro pastillas y dos frascos con 10 tabletas de paracetamol cada uno, además de una hoja con la recomendación de quedarse en casa hasta que los síntomas desaparezcan.

En caso de resultado negativo la gente sale feliz, pero a las personas con test positivo se les ve preocupadas por su salud y la de sus familiares.

Infografía: Xavier Rodríguez

LEG