Plagio. La serie juega en los límites de la moral. El primer gran estreno de Amazon Prime llega el viernes con una historia escalofriante que cuenta el viacrucis del doctor Víctor Carpio, interpretado por Fabián Corres, para salvarle la vida a su hija.
Carpio es un neurocirujano que doblegará sus valores para curar la enfermedad degenerativa de Carla, pues dicho padecimiento sólo ha sido diagnosticado en siete personas en el mundo y todas murieron.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica Infantil que padece se curaría con un trasplante de cerebro y jamás se ha realizado uno con éxito; en la carrera contrarreloj, Víctor conocerá a Sergio Munguia un multimillonario obsesionado con optimizar su cuerpo a cualquier costo.
De viva voz
En una entrevista con Fabián Corres nos platica cómo la serie explora hasta dónde llegarías para salvar la vida de un familiar.
-Plagio intenta ser un drama psicológico donde un neurocirujano, que al parecer es una eminencia, está investigando la forma de hacer un transplante de cerebro sin perder sus facultades de pensamiento. Esto es algo que se ha intentado hacer en la vida real pero no se ha logrado. Nosotros desde la ficción estamos llevándolo a un extremo donde el público tendrá que ver las capacidades de este médico para lograrlo y lo va a intentar todo porque está atendiendo a su hija.
El personaje principal trabaja en una investigación para rediseñar el cuerpo humano. ¿Hasta qué punto está dispuesto?
-La idea original, que es Mariana Chagolla, fue lo que me interesó del producto. Plantea hasta dónde los seres humanos no estamos a gusto con el cuerpo que tenemos y por qué hay tanta búsqueda para mejorarnos, bajo los estereotipos que se tengan en cada cabeza.
En Plagio vamos a tratar de escudriñar hasta dónde es capaz de llegar este personaje versus alguien que sí está capacitado, digamos, desde lo económico hasta su mente, que es malévola, para adueñarse del sistema del médico y lograr el trasplante.
El proyecto plantea que podríamos alcanzar la vida eterna a través de un trasplante de cerebro, claro, esto es muy de ciencia ficción pero se escucha que por ahí va…
-Eso lo vamos a descubrir en el último capítulo de la primera temporada.
Se prepararon en cirugías reales
A todo el elenco lo prepararon con médicos, con operaciones, con información científica real, y encararon lo que es una operación de cerebro en niños y niñas. ¿Para ti cómo fue el proceso?
-Fue una cuestión psicológica. A mí me llama mucho la atención el ser humano, evidentemente por eso me dedico a esto; y como herramienta actoral nos metimos al quirófano.
Ver cómo operan a un niño y saber que su vida va a mejorar con eso, es algo que se va a quedar dentro de mí toda la vida. Me siento agradecido de saber que hay personas que hacen eso y que, además, México es de los lugares donde se hacen las mejores operaciones. Con muy pocos elementos y hay muchísimos niños beneficiados.
De bajo presupuesto
“Mis últimos años de trabajo los he dedicado a intentar que la gente vea que se pueden hacer proyectos de calidad, que no necesariamente tienen que ser con las dos o cuatro o seis compañías enormes mexicanas que destinan millones y millones de pesos para hacer un proyecto. No estoy peleado con eso, lo respeto, pero es una llamada de atención para que sepan que también se pueden hacer las cosas desde otro punto de vista.
El extra
El año pasado, Fabián Corres participó en la cinta Blanco de verano, dirigida por Rodrigo Ruiz Patterson y que recibió tres premios en el Festival de Málaga: la Biznaga de Oro a la Mejor Película Iberoamericana, la Biznaga de Plata al Mejor Guión para Rodrigo Ruiz Patterson y Raúl Sebastián Quintanilla y la Biznaga de Plata al Mejor Actor de Reparto para Fabián Corres.
FRASE
“En la serie nos vamos a un extremo en donde el cambio de cerebros te lleva a lugares desconocidos, que en este caso, este doctor tendrá que corromper e ir rompiendo o armando los estereotipos que le convenga”, Fabián Corres, protagonista.
LEG