Desde el 16 de diciembre, el gobierno de Angela Merkel, en coordinación con los 16 gobiernos regionales, mantiene un cierre total en Alemania para combatir la propagación de las distintas variantes de coronavirus.
En aquel momento, la canciller consideró que las compras prenavideñas fueron el principal detonante en el alza de contagios. Por ello, tiendas y servicios no esenciales, así como escuelas, se unieron al cierre que ya aplicaba a restaurantes, bares y clubes deportivos desde noviembre.
Inicialmente, el cierre total estaría en vigor hasta el 10 de enero. De hecho, a partir del 24 de diciembre comenzó a bajar el número de casos diarios. No obstante, el decrecimiento perdió velocidad la primera semana del año, e incluso volvió a haber un aumento de contagios entre el 7 y 8 de enero.
Desde el 3 de enero, políticos de distintos partidos habían pedido al gobierno federal mantener los cierres. “Deben extenderse hasta finales de enero”, dijo el premier de Baviera, Markus Söder, al tabloide Bild. Dos días después, Merkel anunció una ampliación de medidas hasta el 31 de enero.
Sin embargo, los siguientes 12 días, del 6 al 18 de enero, el número de contagios diarios no bajó de los 15 mil. Por lo que ayer martes se anunció una nueva ampliación hasta, cuando menos, el domingo 14 de febrero.
Adicionalmente, el gobierno federal y los estados informaron que ahora serán obligatorios los cubrebocas “clínicos” en tiendas y en el transporte público. La medida prohíbe el uso de cubrebocas “caseros”, deteriorados o improvisados, como el usar una bufanda para cubrir nariz y boca.
Regionalmente, la medida ya había sido impuesta 24 horas antes en Baviera por Söder, donde la población debe usar cubrebocas de calidad FFP2 o KN95 en autobuses, tranvías, trenes, taxis y en cualquier tienda esencial.
LEG