Paola Suárez Ávila*

*Investigadora de tiempo completo en el Centro de Investigaciones sobre América del Norte, UNAM

Este miércoles 20 de enero de 2021 toma el poder el presidente número 46 de los Estados Unidos, Joseph Biden, político demócrata que construyó una carrera y la confianza en el electorado como vicepresidente durante el Gobierno de Barack Obama (2008-2016), y quien ha forjado una carrera electoral importante y convincente en compañía de la también recién electa vicepresidenta Kamala Harris, abogada prominente y miembro del Partido Demócrata. La fórmula Biden & Harris ha resultado victoriosa en la contienda electoral 2020 con el impulso de los colegios electorales de varios estados.

Durante este día, en la inauguración de su Presidencia y Vicepresidencia, el viejo Joe, como lo conocen sus adversarios, se enfrentará a un escenario nuevamente conflictivo, envuelto en una crisis sanitaria con 400 mil desafortunados decesos por la reciente pandemia de Covid-19, una recesión económica y una pérdida importante del empleo de los estadounidenses. Joe Biden ha expresado que su Gobierno entrante representa el liderazgo actual necesario para los Estados Unidos, no solo por el ejercicio de poder, sino por el poder que tiene su ejemplo en administraciones pasadas.

La entrada de su Gobierno será una de las transiciones más difíciles en la historia de la democracia de los Estados Unidos con una amplia base de apoyo a Donald Trump y con aún muchos representantes republicanos en el Gobierno que darán una férrea batalla a la transición, aduciendo que las políticas de Barack Obama no deben continuar por su falta de eficacia.

El Presidente saliente, arraigado en el pasado de los Estados Unidos, ha significado la apertura de heridas profundas de la nación americana para discutir sobre su futuro y su pasado en un presente convulso; su lema de campaña Make America Great Again (MAGA), ha generado la promoción de nuevos movimientos y teorías conspiracionistas como el QAnon, emergido en 2017 para justificar el poder supremo de la nación americana frente a otras naciones, así como del dominio de poder de los hombres blancos en los espacios de representación de la democracia de los Estados Unidos y mantener su poder hegemónico bajo la égida de la supremacía blanca en el contexto nacional y global.

Estos grupos continuarán manifestándose.

Kamala Harris, como vicepresidenta electa, representará un triunfo de la comunidad afroamericana y las mujeres del poder democrático de los Estados Unidos para el desarrollo de nuevas políticas de inclusión, desarrollo e igualdad de comunidades como la afroamericana en una sociedad estadounidense profundamente desigual.

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