Estacionamientos convertidos en grandes salones de zumba, terrazas para hacer spinning y parques donde usuarios tonifican músculos. Los gimnasios en Ciudad de México se adaptan a los espacios abiertos ante el rebrote del Covid-19.
Claudia Hernández se ejercita bajo los rayos del sol en el que hasta hace unos días era el aparcamiento de un gimnasio. Junto a ella, otras ocho mujeres con cubrebocas participan de una animada coreografía.
Durante semanas, esta asesora financiera tomó clases virtuales de zumba en casa. Pero tras la autorización del gobierno capitalino para la reactivación el pasado lunes de los gimnasios en espacios abiertos, volvió a las rutinas presenciales.
“Tienes que mover muebles, adaptar tu espacio y hasta te sientes ridículo tú solo aplaudiéndote, echándote porras (…) No hay la misma iniciativa (en casa), los compañeros te cambian mucho” el ánimo, dice a la AFP Hernández, de 48 años.
El Covid-19 ha tirado a la lona al 35% de los gimnasios y clubes deportivos en México, que cerraron definitivamente.
Catastrófico, el cierre de actividades en los gimnasios
Una tímida reapertura llegó en agosto con controles de aforo y la combinación de clases en línea y presenciales, pero el 18 de diciembre el gobierno de la capital volvió a restringir las actividades no esenciales ante el desbordamiento de las hospitalizaciones.
Tan solo en la metrópoli, de 12.871 locales registrados en la Asociación Mexicana de Gimnasios y Clubes (AMEGYC), unos 4.500 han bajado la cortina por la crisis económica derivada de la pandemia.
“Entendemos que es una reapertura muy parcial, pero tenemos claro que con los servicios que (por ahora) les ofrecemos (a los afiliados) no nos ayudará mucho”, admite Oriol Cortés, vicepresidente de la AMEGYC.
Parálisis crítica
Aunque grandes cadenas de gimnasios como la brasileña Smart Fit, con presencia en toda la región, han mantenido sus operaciones con clases a través de plataformas digitales, el gremio ha urgido a las autoridades a considerarlo “una actividad esencial”.
“Quizá por falta de información se piense que somos inseguros y nos han permitido operar de manera escasa, casi nula”, se queja Cortés.
Por ahora, los gimnasios ofrecen mayoritariamente clases de zumba, yoga, body combat y entrenamiento funcional a sus clientes, pues aparatos como caminadoras, elípticas y bicicletas estáticas permanecen en sus instalaciones aún cerradas.
Según Cortés, si la reapertura total de los gimnasios en el país se aplaza, se podrían perder unos 45 mil empleos.
La paralización de actividades físicas es crítica para México, que ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos, según el gobierno.
Durante el confinamiento se acentuaron el sedentarismo y el consumo de alimentos procesados, según una encuesta realizada por autoridades sanitarias para conocer la vida en la pandemia.
“Uno se refugia en muchas cosas (…), la depresión te incita a comer o todo lo contrario”, cuenta Hernández, que ganó seis kilos durante la cuarentena a inicios de la emergencia.
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Adina Neumann, empleada en una clínica de fertilidad, asegura que el ejercicio la ha mantenido a flote durante la crisis sanitaria.
“Es un bienestar de salud físico y mental”, refiere Neumann, de 35 años.
México, de 128 millones de habitantes, registraba hasta el jueves 1,7 millones de contagios y 146 mil 174 decesos por el nuevo coronavirus, según cifras oficiales.
EAM