Un sismo de 7,1 grados de magnitud se registró en la Antártida la noche del sábado, antes de otro sismo que sacudió al centro de Chile, mientras una falsa alarma de tsunami causó pánico en la población.
El movimiento telúrico ocurrido a las 20H36 (23H36 GMT) en el medio del mar, a unos 210 km de la base chilena Eduardo Frei de la Antártida, y la consiguiente alerta de tsunami, puso en guardia a nueve bases militares y científicas chilenas y de otros países.
La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) lanzó la alerta de tsunami para la zona antártica, pero debido a un error técnico llegó a los celulares de gran parte de los 18 millones de habitantes del país.
Minutos después del sismo, la Onemi pidió abandonar “la zona de playa del territorio antártico” ante la posible llegada de un tsunami.
“Debido a la emergencia se evacuaron 80 personas de Base Frei”, indicó la dependencia en su cuenta de Twitter.
Esa base chilena está ubicada a mil 230 km del continente, en la isla Rey Jorge y cuenta con una población máxima en verano de 150 personas y de unas 80 en invierno.
Otras 80 personas fueron evacuadas de las bases chilenas de O’Higgins, Fildes y Prat, donde no se registraron daños, así como de cinco bases extranjeras cercanas, aunque no se especificó de qué países.
Tras casi dos horas, Onemi ordenó la cancelación total del “Estado de Precaución de Tsunami y la evacuación en los sectores costeros del territorio Antártico”.
Otro sismo
A las 21H07 (00H07 GMT), una hora antes del toque de queda nacional por la pandemia de coronavirus, se produjo otro temblor de magnitud 5,8 (Onemi había anunciado inicialmente una magnitud de 5,9) a 14 km de Santiago, a 122 km de profundidad, sin relación con el terremoto en la Antártida.
Onemi indicó que en este caso no se reportaron daños a personas ni alteración a servicios básicos o infraestructura y precisó que “los organismos técnicos se encuentran evaluando la situación regional”.
Este sismo se sintió en balnearios de la costa pacífica central y norte del país, con movimiento turístico interno en pleno verano austral, causando pánico en las calles, con centenares de personas huyendo a pie o en vehículos hacia zonas altas por temor a un maremoto.
Es que se había activado el Sistema de Alerta de Emergencia (SAE) para celulares dando cuenta de una amenaza de tsunami en las costas chilenas.
La Onemi explicó minutos después de que ese mensaje fue erróneo y que la alarma era sólo para la costa de la Antártida.
La situación se calmó tras la aclaración de Onemi pero el fallo hizo recordar los problemas de comunicación, que fueron investigados judicialmente, ocurridos tras el potente terremoto de 8.8 y posterior maremoto del 27 de febrero de 2010 en el sur chileno, que dejó más de 500 muertos y más de 220 mil viviendas destruidas.
Chile, uno de los países más sísmicos del mundo, sufrió hace 60 años el terremoto más potente jamás registrado, de 9,6 de magnitud, en la ciudad de Valdivia, en el sur del país.
ica