“¡Ojalá se muera, esto es karma!”; “¡Eso le pasa por manejar la pandemia con las patas: se le regresó y ahora él enlutará a su familia!”; “!Ahora sí la chairiza debe estar preocupada: es el principio del fin del dictador!”; “!Qué bueno que se contaminó, ahora debemos hacer una cadena de oración para que haga su trabajo el Covid-19!”; “Que vaya a consulta con López-Gatell”;“!Es la primera vez que un virus infecta a un parásito!”

Esas frases, y muchas otras más leía en un grupo de WhatsApp, minutos después de que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador -a través de sus redes sociales-, informó que tenía coronavirus.

De los 215 participantes, unos pocos escriben todos los días. Muchas veces se convierten las conversaciones en discusión de dos o tres. Yo sólo escribí: “Hola, saludos respetuosos a todos”, cuando me incluyeron en 2017.

De pronto alguien en mayúsculas, este domingo 24 de enero, con faltas de ortografía empezó a despotricar contra el primer mandatario. Deseaba que no únicamente muriera, sino que sufriera lentamente, por todo lo que nos ha hecho.

Algunos suscribieron la frase llena de odio, y algunos más ponían emoticones de carcajada (donde aparece una carita llorando de risa). De pronto alguien escribió: “Oigan, nunca participo en este chat, pero aunque no voté por AMLO, creo que nadie debería alegrarse de que alguien se enferme y mucho menos desearle el que se muera.”

“Me sorprende que en un grupo como este, alguien se atreva a escribir semejantes tonterías”. Se armó la polémica. Que si es lo que él provocó por dividirnos a los mexicanos, si la división la empezó el PRI hace años, con una casta gobernante que empobreció a 80 millones, y muchos otros argumentos fuera de la discusión original: Nadie debe festejar el mal del otro, ni mucho menos desearle que fallezca.

En pocos minutos, dijo adiós, abandonó el grupo y dejó a los más de 200 participantes una frase: “No puedo pertenecer a un chat donde algunos desean el mal del prójimo, más allá de nuestras filiaciones políticas. De verdad, ¿nadie dirá nada, más que yo?”

Uno menos, bromearon. Seguro es de Morena, o quizá recibe beca. Entre los ja ja ja, empezaron las teorías: “Nos está mintiendo otra vez, él fue el primero en vacunarse, y todo esto lo está haciendo porque ya no puede con el paquete. Quedará Ebrard, Sheinbaum, Noroña, Sánchez Cordero, Monreal…”

“Viene algo gordo. Creo que anunciará desde el Hospital Militar que no se celebrarán elecciones, y que él permanecerá en el poder. No mames, son elecciones intermedias. Las elecciones para presidente son hasta 2024 – reviraron-. Sí, pero a mi me lo dijo un amigo que tienes súper buenas fuentes. ¿Quién, quién es? ¿Qué y cómo se lo dijeron?

Así fue la charla desarticulada entre un grupo de universitarios, profesionistas, supuestamente adultos exitosos, y quienes presumen de una mediana cultura general. Muchos de ellos adinerados, vecinos de las mejores colonias de la Ciudad de México.

Este lunes, después de leer la prensa, como cada mañana, visité Twitter y lo mismo: entre los que no le creen al Presidente y los deseos de pronto alivio para el Titular del Ejecutivo invadían la red.

Hasta los directivos de la red social del pajarito azul advirtieron que cancelarían cuentas de los que deseaban la muerte del Presidente de México.

Obviamente participo -mejor dicho formo parte- en otros grupos de WhatsApp y me sorprende la cantidad de documentos, fotografías, dimes y diretes, verdades a medias, rumores y mentiras completas que por ahí corren.

Así los dan por buenos rectores, notarios, radiodifusores, empresarios famosos, comunicadores renombrados…

En fin, no justifica la búsqueda de que fue primero, “si el huevo o la gallina” -empezó a dividir a México AMLO, o los prianistas iniciaron este proceso de partirnos a la mitad-, para que se le desee el mal a nadie.

Con Valor y Con Verdad. Famoso banquero me envió una caricatura donde se ve a Trump en su último vuelo en el Air Force One, y en la parte de afuera al piloto con paracaídas y un letrero que dice: “Soy mexicano, y el que conducía el avión. Ahí te ves #motherfucker”. Mi cuate agregó: “Que se muera ese cabrón.” Le respondí por Telegram, minutos antes de que tomara posesión Biden, que ni pensarlo. Que así no se arreglan las cosas. Él convencido, me dijo que desea que le meta un balazo un musulmán o un mexicano deportado. Eso sí, va a misa cada domingo… Otro día, discutimos sobre el aborto. Él asegura que la vida comienza desde que se une un esperma y un óvulo, y que es un homicidio con todas las agravantes, a quien mata a un ser humano indefenso.

Le he argumentado que se trata del derecho que tienen las mujeres sobre su cuerpo, pero no sabe escuchar. Eso sí, quiere la pena de muerte en México, para acabar con tanto hijo de la chingada.

*Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

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