Foto: Jefté Argüello Lamenta que en el país se asuma la misma actitud hacia los migrantes centroamericanos que la que tienen los estadounidenses hacia los mexicanos  

Edwin Malagón, deportado de EU hace siete años, ahora es dueño de una peluquería en la Tabacalera, donde primero comenzó como trabajador. A la distancia asevera que lo mejor que le pudo pasar fue que lo regresaran.

Edwin cumplió en diciembre pasado, siete años de que fue deportado desde Estados Unidos; radicó en Georgia desde 1998 y dejó a su esposa y una hija que ahora tiene 10 años. Ahora es dueño de una peluquería en la Tabacalera, donde primero comenzó como trabajador.

En esa colonia también se ubica la Casa de los Amigos, una asociación civil que apoya a migrantes que son referidos de la Casa del Refugiado o la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la sede de New Comienzos, otra organización de apoyo a jóvenes dreamers.

Antes de la pandemia, el flujo de personas deportadas y de migrantes era constante, en los últimos meses su presencia disminuyó, aunque no ha desaparecido.

De 36 años, Edwin ahora se define como emprendedor y asevera que lo mejor que le pudo pasar fue que lo deportaran; a pesar de no haber roto sus lazos familiares no tiene interés en regresar, de hecho, no tiene mucho interés por lo que ocurre en Estados Unidos.

Lo que pase en el gabacho me da para entretenimiento, a mí me vale, literal, me importa más lo que pase aquí con (López) Obrador”, expresa.

Sobre los decretos que firmó Biden el primer día de su mandato, asegura que no hay ningún cambio o diferencia con respecto a las políticas que se han implementado en otras administraciones, “es la misma mamada”, espeta afuera de su negocio.

“Yo he tenido la experiencia de ser migrante varias veces, migrante de chavo cuando me fui para el gabacho, migrante otra vez de allá a los 12 años, y migrante otras vez de regreso. Entonces, es normal para mí adaptarme a un país diferente, a una gente que no te conoce”.

Lamenta que en el país se asuma la misma actitud hacia los migrantes centroamericanos que la que tienen los estadounidenses hacia los mexicanos en su territorio.

Nos asustamos por las caravanas, por los venezolanos, los colombianos, por el acento y empezamos a hacer lo mismo que hacía Trump allá, porque no habla bien mi idioma que porque viene de otro país.

“El control que están teniendo allá, no va a tener ninguna diferencia en los próximos cuatro años, te lo aseguro”, sostiene.

FRASE

La gente dice en México: te deportaron porque si traen tatuajes fue criminal o fumaba mariguana o traía droga, y no, algunos los deportaron simplemente por manejar sin licencia

Edwin Malagón

Emprendedor

 

 

EAM