Antes de la pandemia, las noches de baile, luces neón, música, coquetería y bebida eran interminables. Ahora y en un intento para sobrevivir, algunas Drag Queens han tenido que acostumbrarse al crepúsculo que es menos vibrante, misterioso e intenso.

Aurora Wonders es una de las reinas de la vida nocturna que luchan porque el brillo de este tipo de performance no se extinga bajo la luz del sol.

“Mi vida ha cambiado completamente con la pandemia, no solo en mi estilo de vida, sino en mis ingresos. Yo antes trabajaba entre cinco a seis días a la semana en diferentes antros, viajando al interior de la República en diferentes shows, y ahora solo tengo uno a la semana, que no es ni el 10% de lo que tenía antes, pues incluso tenía hasta dos shows por noche” menciona.

La performer, que es una de las drags más importantes de la escena nacional y quien también es vocera de causas en pro de la comunidad LGBT, asegura que adaptarse a esta Nueva normalidad ha sido complicado, sin embargo mira con optimismo al futuro, ya que esto ha provocado que se reinventen sus espectáculos, apostando incluso por presentaciones en redes sociales como Instagram.

Por el momento, el histrión con más de cinco años de experiencia en el arte de transformarse en el género opuesto se presenta en El Tijuana, bar en el Centro Histórico que antes respondía al nombre de Baby Club, un spot gay icónico, que así como otros espacios tuvo que cambiar su concepto de fiestas por ceviche y coctelitos al 2×1, respetando las normas de la sana distancia al aire libre y en un horario limitado.

“Pueden ayudar a su artista con una propinita. La cultura de la propina es algo nuevo aquí y muchos piensan que nos vamos a ofender, pero la verdad es que no, ese dinero es súper bien recibido y siempre se agradece” sugiere.
Cabe mencionar que para no dejar sin empleo a sus colaboradoras y no perder su esencia, muchas de sus drags ahora son hostess y meseras, pero esa es otra historia.

 

 

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