Ante la ausencia de noticias sobre las vacunas, ayer en la conferencia dedicada a la información sobre Covid-19 se dio a conocer el avance en el registro de los adultos mayores para vacunarse.
Aún no se entiende para qué sirve el registro en línea, si continúan las llamadas de los empleados de la Secretaría del Bienestar a los adultos mayores que tienen alineados en el padrón de los programas sociales.
El registro fue en su momento un distractor; todo mundo corrió a su computadora a querer registrar a sus familiares, sin ni siquiera saber o entender para qué serviría.
Si el registro no servirá para asignar un lugar, para garantizar el número en la fila o para cambiar la estrategia de vacunación según la demanda por sectores, ¿para qué diablos sirve?
Si de todas maneras, el Gobierno en voz del Presidente garantiza que todos, todos los adultos mayores tendrán acceso a la vacuna, ¿por qué desatar una especie de psicosis entre la población con tal de generar un código que a la postre servirá solo como anécdota?
La creación de este registro es simplemente una muestra más de la improvisación que padece lo que debería ser una estrategia sólida de vacunación.
Dejar en manos de la Secretaría del Bienestar y de los llamados “Siervos’’ de la Nación un proceso que comprobadamente había aplicado con éxito, por años, el sector salud, es una forma de politizar un recurso al que tienen derecho todos los mexicanos.
Quién sabe quién le vendió la idea de tal registro al Presidente, pero como ahora no hay cifras de vacunación para presumir los próximos días o semanas estaremos festejando que ya se registraron o empadronaron todos los mayores de 60 años en el país.
Sin que se conozca para qué diablos servirá eso.
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La empresaria favorita de la 4T, Patricia Armendáriz, fue tendencia ayer en Twitter luego de que publicara la muerte de su asistente personal el cual, dijo, “estaba en la base de la pirámide’’ y “tenía la autoestima por los suelos’’.
Fue tal la cantidad de críticas que recibió su comentario, que terminó bajándolo de la red, pero ni así acabó con la polémica.
Sobre todo porque la empresaria se ufana en ser promotora social de negocios, que ayuda a emprendedores… aunque la mayoría esté en el piso de la pirámide.
Qué bueno que apoyó a los pobres, igual que la 4T, que si no…
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No cabe duda que el presidente López Obrador es un escogido.
Superó en 14 días el Covid cuando a la mayoría de contagiados les cuesta por lo menos una semana más en promedio, no presenta secuelas visibles como casi todos los recuperados y además presume de su fortaleza negándose a utilizar el cubrebocas porque, dice, “ya no contagio’’.
Puede ser, pero las campañas institucionales dicen que el cubrebocas se usa no solo pensando en ti sino como respeto a la salud de los demás.
Eso dice la propaganda institucional, la del Gobierno pues.
Por eso creemos que el Presidente está un paso más allá del común de los mexicanos que sí utilizamos el aditamento ya como una formalidad social y sanitaria.
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Al medio día de ayer falleció Fernando Macías Cué, amigo y compañero de muchas coberturas. Trabajó en varias administraciones federales y locales y siempre se distinguió por su don de gente.
Ante la imposibilidad de despedirlo como se merecía, sirvan estas líneas como un homenaje mínimo a su persona. Descansa en paz.
LEG