La lucha por la presidencia de Haití se intensificó ayer, cuando políticos de la oposición nombraron a su propio líder para suplantar al presidente Jovenel Moise, a quien buscan expulsar del cargo alegando que ya expiró su mandato.

La escalada en la crisis política ocurre un día después que autoridades del gobierno afirmaron haber frustrado intentos de golpe de Estado y magnicidio.

La oposición afirma que el mandato de Moise culminó este domingo, en tanto el mandatario, que desde el año pasado gobierna sin contrapesos, asegura que será presidente hasta el 7 de febrero de 2022, desatando nuevas protestas en el atribulado país.

Algunas manifestaciones que tuvieron lugar el fin de semana incluyeron choques con la Policía, pero los residentes de Puerto Príncipe, la capital, se guarecieron en sus hogares, hartos de las crisis e incertidumbres políticas, así como de la delincuencia y el resurgimiento de los secuestros.

En una declaración en video remitida a la agencia AFP, el juez Joseph Mecene Jean-Louis, de 72 años, dijo haber aceptado “la decisión de la oposición y de la sociedad civil de servir a su país como presidente interino para una transición”.

Estados Unidos acepta la postura de Moise de que su mandato culmina dentro de un año. Y el mandatario haitiano conserva el liderazgo de la nación caribeña, devastada por una larga historia de dictadura, inestabilidad política y una profunda pobreza.

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