En medio de la peor crisis económica de los últimos 90 años, empresas de todos tamaños quebradas, desempleo, deudas, hambre, ansiedad social, preocupación por doquier, tanta muerte, decenas de miles de familias de luto y dolor; de contradicciones gubernamentales y una catilinaria de ejemplos de desorganización de las autoridades, hay un par de verdades de perogrullo: la oposición aún no entiende cómo competir contra el tabasqueño y la alianza no es suficiente.

Efectivamente no han empezado las campañas y falta el capítulo de los videoescándalos contra el Presidente de la República, sus familiares, y sus más cercanos colaboradores. ¿Más videos contra Pío? ¿Más información comprometedora contra Felipa? ¿Más propiedades de extricolores que ahora forman parte del gabinete? ¿Aumentará la cifra de fallecidos por Covid-19 de manera exponencial? ¿La jornada nacional de vacunación será un desastre más?

Solo hay que asomarse en la red social Twitter y no invertir más de cinco minutos para comprobar que hay un sector de la sociedad muy enojada y que no le concede una buena al titular del Ejecutivo: “Lo de las vacunas es una farsa”; “Prefiere Dos Bocas y el Tren Maya que garantizarle la vida a los mexicanos”; “Es un irresponsable, necio y faccioso”; “Acabaremos peor que Venezuela”; López-Gatell es el doctor muerte”; “Morena=estupidez, necedad y regresión”; “Pondrán violadores en las gubernaturas”; “En los países serios el Gobierno es factor de unión y continuidad”; “Aquí se divide y polariza desde el púlpito mañanero”; “El ansia centralizadora de este Gobierno sólo compite con su incapacidad administrativa”; “A este ritmo estaremos vacunados en 2099”; “El sueño de AMLO es la pesadilla de México”; “Este es un Gobierno de rencores, prejuicios, mentiras, caprichos, palos de ciego, opacidad, censura”…

Pero, ¿por qué si López Obrador es el más malo de malolandia, podría tener éxito en las elecciones intermedias?

Algunos se van por la respuesta fácil y el lugar común: “Es populista y tiene hipnotizado al pueblo”; “Es peor que Hitler. Jesús Ramírez es Goebbels”.

Claro, dirán que están cuchareadas y que las encuestas son de quien las paga, pero permítanme ofrecerles números, de algunos estudios demoscópicos que se acaban de liberar:

-Según Enkoll, el Presidente de la República posee 69% de aprobación. Creció 8 puntos de noviembre pasado a la fecha. 

-El 45% de los mexicanos no se siente identificado con algún partido; Morena continúa siendo el partido político con mayor afinidad con 26%.

Según México Elige, el Presidente de la República posee 57.7% de aprobación. Creció 3.2% en el último mes.

-Según Opinión Pública, Marketing e Imagen/ Heraldo Media Group, si hoy fueran las elecciones, los abanderados de Morena y sus aliados ganarían 13 de los 15 estados donde se disputarán las gubernaturas el 6 de junio.

La oposición aún no entiende cómo competir contra AMLO y la alianza no es suficiente. ¿Alguien tiene alguna duda de ello? ¿Seguirán lamiendo su derrota con aquello de que es un populista? ¿Seguirán con sus frases baratas de que es un dictador y que ya no hay nada que hacer?

Que nadie se equivoque, la alianza no funcionará porque otra vez se agandallaron las candidaturas. Los gobernadores y líderes de partidos se dividieron las posiciones. Otra vez -como siempre- se castigó y premió con las listas.

Pregúntenle a Fernando Belaunzarán y Roberto Gil Zuarth.

*Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

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