Dientes falsos de cianuro y paquetes de cigarrillos que ocultan una cámara son parte de la parafernalia del servicio secreto soviético que se subastará en Estados Unidos el sábado y que no tiene nada que envidiar a las películas de James Bond.

Como lo muestra una venta organizada en Beverly Hills por la firma Julien’s Auctions, las cámaras en miniatura causaban furor entre los espías de la KGB durante la Guerra Fría. Se las disimulaba en todo objeto o prenda imaginable: bolsos de mujer, hebillas de cinturón, cepillos para zapatos, anillos, jaulas de pájaros y hasta corbatas.

Los micrófonos, otro clásico del espionaje, se escondían en ceniceros, lapiceras o platos de porcelana.

Julien’s Auctions dio “un salto al histórico mercado de subastas y estamos esperando todo tipo de coleccionistas de todo el mundo”, dijo Kody Frederick, uno de los gerentes de esa firma que suele subastar objetos de la cultura pop o de celebridades. El remate se realizará en un local de Julien’s Auction y en Internet.

“Mucha gente quiere adquirir piezas únicas, de una época en la que no existía lo digital”, dice Frederick.

“Quienes creaban esos objetos fueron realmente pioneros de la miniaturización”, añade Frederick, que compara el “teléfono móvil gigante” para auto, “tan grande como seis ladrillos”, con los actuales smartphones.

Gran parte de los objetos que serán subastados el sábado estuvieron en manos de verdaderos agentes secretos y llegaron a Estados Unidos a comienzos de la década de 1990 tras la caída de la Unión Soviética.

Habían sido brevemente reunidos en un efímero “Museo de la KGB” abierto en Nueva York en enero de 2019, pero que cerró debido a la pandemia de covid-19.

Paraguas mortal

Entre las piezas se cuenta una réplica del paraguas de punta envenenada utilizado para matar al escritor disidente búlgaro Georgi Markov en Londres en 1978. El valor de ese “paraguas búlgaro” fue estimado entre 3 mil y 5 mil dólares.

Casi emblemático en las películas de espías, el falso diente con cianuro, existió.

“El diente fue diseñado para romperse cuando se muerde de cierta manera, de modo que los agentes capturados pudieran quitarse la vida si fuera necesario para evitar ser torturados y entregar información comprometedora”, explica Julien’s Auction. Uno de esos dientes será subastado y se espera un valor de entre 800 y mil dólares.

Aunque inicialmente habían sido anunciados, otros objetos potencialmente mortales, como un tubo de lápiz de labios y un bolígrafo que disparaba una bala, no serán subastados debido a las normas de California sobre la venta de armas de fuego.

Los fanáticos del espionaje pueden hacerse con una gran cantidad de objetos con compartimientos para esconder microfilms u otros documentos: gemelos, zapatos de tacos huecos, monedas ahuecadas e incluso una “cápsula rectal”.

Julien’s Auction también bajará el martillo para otras reliquias de la Guerra Fría, entre ellas un boletín escolar del Che Guevara de 1942, cartas con su firma o la de su camarada Fidel Castro; entre ellas una que expone los planes para infiltrarse en La Habana, cuyo valor estimado es de entre mil y mil 500 dólares.

También serán subastados objetos relacionados con la carrera entre Estados Unidos y la Unión Soviética por la conquista del espacio.

LEG