Lizet, de 43 años, migrante hondureña con parálisis irreversible desde los tres años a consecuencia de la poliomielitis, pidió ayuda para llegar a Estados Unidos.

Hace ocho años las pandillas le mataron a su hijo y durante ese tiempo huyó y se escondió en distintas ciudades de su país, porque, los llamados Maras la amenazaron junto al resto de su familia.

Apenas el 3 de febrero llegó con su nuera y uno de sus sobrinos a Tapachula, Chiapas, para solicitar refugio y poder cruzar a EU, con la esperanza de salir de la violencia de las pandillas.

Lizet ya realizó su trámite ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Cimar), pero le pidieron que esperara ; mientras tanto, por su condición ella no puede trabajar.

Contó que hace dos días intento cruzar acompañada de sus familiares, pero fueron detenidos y su sobrino llevado a la estación migratoria Siglo 21.

Contó que de la impresión de ver morir a su hijo, desarrolló una enfermedad en el corazón, por lo que pide auxilio a las autoridades migratorias y la Comar para que la dejen pasar junto a su familia y llegar a EU, ya que depende 100% de ellos.

Lizet tiene miedo porque sabe que la red de los pandilleros se extiende hasta esta región de México y en cualquier momento la pueden encontrar.

 

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