Los mexicanos solemos calificar por igual a los argentinos bajo los adjetivos de “sencillito y carismático”, aunque en el caso del expresidente Carlos Menem parece solo embonar el segundo.

Fallecido este domingo en Buenos Aires a los 90 años, gobernó Argentina durante 10 años en la década de 1990 como un líder peronista de ideario liberal y estilo estridente, en contraste con el bajo perfil de sus últimos años de senador.

El 13 de junio de 2020, en medio de la cuarentena por coronavirus, fue hospitalizado por una neumonía complicada con antecedentes cardíacos. A partir de entonces, sus internaciones se hicieron cada vez más frecuentes por diversas dolencias.

“Tenía un carisma enorme”, evocó la víspera el actual presidente Alberto Fernández, también peronista.

Nacido el 2 de julio de 1930 en una familia de inmigrantes sirios, Menem se preciaba de no haber perdido nunca una elección.

“Para Argentina significó algo muy fuerte”, opinó el politólogo Carlos Fara, “no sólo porque tuvo un liderazgo excepcional que lo llevó a ser reelecto por el 50% de los votos, sino porque fue el último líder de un peronismo totalmente unificado”, apuntó.

El peronismo, movimiento político fundado por Juan Domingo Perón en los años 1940, ha agrupado a lo largo de su historia a todas las corrientes ideológicas desde la izquierda radical hasta la extrema derecha.

Presidente entre 1989 y 1999, ‘El Turco’ amaba el lujo, las mujeres, la práctica de deportes, el manejo de autos Ferrari, los relojes y el vino espumante.

Su ideario privatizador y liberal lo hizo el niño mimado del Fondo Monetario Internacional, los inversionistas de Wall Street, los republicanos de Estados Unidos y el foro empresarial de Davos.

Menem se postuló nuevamente a la presidencia en 2003 y ganó la primera vuelta electoral frente al también peronista Néstor Kirchner. Sin embargo, declinó participar en el balotaje porque temía un alud de votos para su rival, quien ganó.

Con información de AFP

LEG