Los separatistas catalanes reforzaron ayer su mayoría en el Parlamento regional tras unos comicios marcados por la pandemia, en los que los socialistas del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consiguieron una victoria insuficiente para tomar el poder.
La jornada quedó eclipsada por la pandemia, que dejó una abstención histórica y la imagen del personal desplegado en los centros de votación protegido de pies a cabeza para permitir el sufragio presencial de electores enfermos de Covid-19 o en cuarentena.
A pesar de las divisiones internas surgidas tras el fracaso de la tentativa de secesión de octubre 2017, los separatistas en el poder ampliaron su mayoría parlamentaria e incluso superaron por primera vez en unos comicios regionales el 50% de los votos.
Esto diluyó la pírrica victoria de los socialistas de Pedro Sánchez, que se encomendó a la popularidad de su exministro de Sanidad y timonel de la lucha contra el virus en España, Salvador Illa, para conquistar esta rica región de 7.8 millones de habitantes.
Con un 23% de votos, Illa quedó a la cabeza pero con solo 33 de 135 escaños se antoja difícil que llegue al poder; los independentistas dijeron que no pactarían con él.
“El cambio ha llegado a Cataluña para quedarse”, celebró el socialista.
Pisándole los talones quedaron las dos formaciones del gobierno regional, Izquierda Republicana (ERC) con los mismos escaños pero un 21.3% de votos y Juntos por Cataluña (JxC) con 32.
LEG