Naomi Osaka, tercera mejor tenista mundial, venció a Serena Williams, quien abandonó la competición sollozando, y se clasificó para su segunda final del Abierto de Australia, donde enfrentará a la estadounidense Jennifer Brady.

Osaka se impuso con contundencia por 6-3, 6-4 a Williams, a quien ya había derrotado en la final del Abierto de Estados Unidos en 2018, lo que le valió su primer título de Grand Slam.

Serena Williams no pudo retener las lágrimas e interrumpió su comparecencia ante los medios tras su derrota, dejando planear además el misterio sobre una posible retirada de las canchas.

“No diría que estaba nerviosa (…) Hubiera podido adelantarme y llegar al 5-0, pero cometí tantos errores que…”, dijo la tenista en su rueda de prensa tras el partido.

Y ¿por qué cometió tantos errores?, le preguntaron acto seguido. “No lo sé, se acabó”, respondió la tenista antes de levantarse y abandonar la sala, llorando.

Este jueves, al salir de la cancha tras su derrota, Williams saludó al público como si estuviera despidiéndose. Sus declaraciones posteriores aumentaron las dudas sobre el futuro profesional de la tenista.

“Si un día me despido, no se lo diré a nadie”, dijo, misteriosa.

De su lado, Osaka afirmó que cometió “muchos errores en los primeros juegos”.

“Estaba nerviosa y tenía miedo al principio (…) Después me relajé. Lo más importante para mí es relajarme, divertirme”, comentó la japonesa, ganadora del torneo australiano en 2019.

“Siempre es un honor para mí jugar contra ella, y no quería que fuera muy duro, por lo que hice lo mejor que puede”, agregó.

La japonesa, de 23 años, luchará por conquistar un segundo título en Melbourne, el cuarto de Grand Slam, el sábado en la final contra la estadounidense Brady, vencedora en su duelo ante la checa Karolina Muchova.

LEG