Bien pudieron México y su Canciller haber callado en el máximo órgano de Naciones Unidas frente al desabasto global de vacunas anti Covid-19 y seguir transitando en las negociaciones que nuestro país sostiene con farmacéuticas privadas para lograr la llegada del antígeno. La apuesta fue otra.

 

Como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en su comparecencia del pasado miércoles, México no habló por sí mismo sino a nombre de la región por la que fue electo, América Latina y el Caribe, y una serie de naciones que se han visto obligadas a suspender sus campañas de vacunación por la falta de esta sustancia.

 

Hasta este día, no ha habido ninguna entrega de vacunas en el marco del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax, por sus siglas en inglés), un esquema de distribución a través de la ONU que no ha funcionado debido al acaparamiento que se ha registrado por parte de las principales potencias globales.

 

Según información dada a conocer por el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, durante su comparecencia ante este órgano de élite de Naciones Unidas, al menos 45 países han tenido que suspender temporalmente sus procesos de vacunación, debido a la falta del producto.

 

El diagnóstico que México planteó es alarmante. De acuerdo con Ebrard, basado en cifras de la Organización Mundial de la Salud, diez países concentran 75 por ciento de las primeras dosis que han sido administradas. Dichas naciones representan 60 por ciento del PIB mundial.

 

En contraparte, en al menos 100 países no ha sido aplicada ni una sola vacuna y en muchas regiones del mundo, América Latina entre ellas, en donde se registran importantes flujos migratorios, la escasez puede tornarse en una situación de crisis humanitaria.

 

De no acelerarse la entrega de esta sustancia a través de los esquemas multilaterales como lo es Covax, el acceso generalizado podría ocurrir hasta 2023, con las enormes consecuencias sanitarias que a nivel global esta situación pudiera representar.

 

Como todo tema que un Gobierno impulsa en un organismo internacional, éste puede tener varias interpretaciones y es susceptible de un sinnúmero de críticas. En el caso de México, la posición en el Consejo de Seguridad debería ser interpretada como un esfuerzo por fortalecer al multilateralismo en momentos en que la humanidad apuesta al acceso universal al remedio contra la pandemia.

 

México habló por la región que lo llevó al máximo órgano de Naciones Unidas, por las naciones que se han visto desfavorecidas y en contra de la brecha que se ha abierto entre potencias globales y el resto del mundo. De esta forma, honramos los principios que han sido motor de una política exterior que no puede ser ajena a lo que en el planeta acontece.

 

Segundo tercio. Con las ganas se quedó la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera. No logró la prohibición de las corridas de toros en esa ciudad, como lo intentó a través de una militancia anti taurina pocas veces vista en el país. El Cabildo de esa capital rechazó abiertamente su propuesta.

 

Tercer tercio. Pierde nuevamente la alcaldesa frente al gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, con quien sostiene una disputa abierta que se ha acrecentado en el inicio de este proceso electoral.

 

                                                                                                                                      @EdelRio70