Oceanografos e ingenieros ambientales externos analizan el entorno de la Laguna de Bacalar para determinar cuánto tiempo llevará su recuperación de los colores azules característicos y que se tornaron café a consecuencia de los escurrimientos de sedimentos por las intensas lluvias de junio del 2019.
Los primeros resultados arrojaron la presencia de un sedimento café que la laguna encapsula por medio del verdín y afecta la zona de manglares que, al no recibir los rayos de sol, se comenzaron a pudrir.
Sin embargo, a consecuencia de la pandemia, los laboratorios se encuentran cerrados por lo que los investigadores de universidades de la Ciudad de México, San Luis Potosí y Campeche han visto retrasados sus trabajos para determinar el tipo de contaminación.
David Martínez, involucrado en el proceso de saneamiento de la Laguna de Bacalar, explicó que mientras obtienen resultados de laboratorio se han dado a la tarea de reproducir en forma manual botines de manglar para iniciar la repoblación una vez que de determine la factibilidad del proceso de extracción del sedimento que aún permanece en el cuerpo laguna.
Manifestó que hay propuestas de investigadores del Colegio de la Frontera Sur para iniciar trabajos de dragado con maquinaria a lo que se han opuesto por el impacto ambiental en la laguna.
En forma manual, habitantes de la zona y empresarios realizan trabajos de limpieza mientras avanza el proceso de recuperación de mangles para repoblar la zona afectada por la sedimentación.
ica