El rey emérito Juan Carlos I de España, que en agosto se marchó a Emiratos Árabes Unidos por las sospechas sobre el origen opaco de su fortuna, pagó más de cuatro millones de euros al fisco español, indicó este jueves el diario El País.
Este monto corresponde a impuestos atrasados por el valor que recibió en vuelos por parte de una empresa de jets privados hasta 2018 y que no declaró, según el rotativo, que cita fuentes anónimas conocedoras de la operación.
En diciembre, el exsoberano de 83 años ya regularizó de manera voluntaria una deuda de 680 mil euros (unos 820 mil dólares) con el fisco español.
La regularización estaba relacionada con una investigación en curso sobre corrupción a través del uso de tarjetas de crédito, que el fiscal general español confirmó en enero.
La investigación busca esclarecer si el Juan Carlos I usó tarjetas vinculadas a cuentas no registradas a su nombre, lo que podría constituir un posible delito de lavado de dinero.
Si se probaran los hechos, el rey emérito podría ser procesado, ya que el movimiento de fondos y el uso de las tarjetas de crédito ocurrió después de su abdicación, en junio de 2014.
Su abogado Javier Sánchez-Junco, que anunció el acuerdo fiscal de diciembre, no pudo ser localizado para confirmar las informaciones sobre la segunda regularización.
Las finanzas del rey emérito están siendo investigadas en otros dos casos, uno de ellos vinculado a un contrato de un tren de alta velocidad en Arabia Saudita, ganado por un consorcio de empresas españolas.
El tercer dossier es sobre un presunto blanqueo de capitales, ligado, según la prensa española, a una estructura opaca con millones de euros radicada en la isla británica de Jersey.
Juan Carlos I no ha sido acusado de ningún delito y sus abogados han dicho que volvería a España si fuera necesario por cuestiones legales.
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EAM