El expresidente del FC Barcelona Josep Maria Bartomeu quedó en libertad provisional este martes dentro de una investigación por el caso conocido como el ‘Barçagate‘, una sacudida para el club azulgrana a cinco días de la elección de su nuevo dirigente.
Tras haber pasado la noche en una comisaría en Barcelona, Bartomeu y su mano derecha, Jaume Masferrer, “han pasado a disposición judicial, se han acogido a su derecho a no declarar y la magistrada ha acordado la libertad provisional”, señaló el comunicado del juzgado en la capital catalana.
Sus arrestos se produjeron el lunes por parte de la policía regional catalana, que también llevó a cabo registros en las oficinas del Barcelona por el ‘Barçagate’, una supuesta campaña de difamación en redes sociales contra opositores a Bartomeu.
Una causa que comenzó “en mayo de 2020 por delitos de administración desleal y corrupción en los negocios” y continúa “abierta”, por lo que siguen las indagaciones, señaló el comunicado.
También fueron detenidos y posteriormente puestos en libertad el director general del club, Oscar Grau, y el director jurídico, Román Gómez Ponti.
Esta es la puntilla para Bartomeu, cuyo mandato de más de seis años que culminó con su renuncia en octubre pasado estuvo marcado por numerosos problemas judiciales, conflictos con la plantilla y un evidente declive a nivel deportivo.
La muy mediatizada operación policial del lunes ocurrió a apenas días de las elecciones a la presidencia del club previstas el domingo, en la que los socios (propietarios-aficionados del club) deben escoger entre Joan Laporta, expresidente entre 2003 y 2010, Victor Font y Toni Freixa.
En un comunicado el lunes, el FC Barcelona se limitó a ofrecer “su plena colaboración a la autoridad judicial y policial para esclarecer los hechos objeto de investigación”.
– Reputación manchada –
El ‘Barçagate’, destapado en 2020 por la radio Cadena Ser, consistió en la contratación de una empresa, I3 Ventures, para supuestamente llevar a cabo una campaña de desprestigio en redes sociales contra opositores a Bartomeu y figuras como Lionel Messi o Gerard Piqué.
Según la radio, el Barça había pagado un millón de euros (1,2 millones de dólares) en multiples facturas para supuestamente evitar los controles internos a I3 Ventures, de la que se desvinculó tras el escándalo.
A raíz de estas desvelaciones, un grupo de aficionados denunció a la junta directiva de Bartomeu por corrupción y administración desleal, acusaciones que son las investigadas por el tribunal de Barcelona que ordenó la operación policial.
En medio del terremoto institucional por los presuntos hechos, la antigua directiva barcelonista reconoció haber contratado esta empresa, pero negó categóricamente haber encargado una campaña de difamación.
Criticado por un amplio sector de la afición, de la plantilla e incluso de la directiva, Bartomeu y lo que quedaba de su junta directiva dimitieron a finales de octubre cuando estaban a punto de ser destituidos por una moción de censura.
A punto estuvo de dejar como legado la pérdida de la leyenda Leo Messi, que trató de rescindir en agosto su contrato de forma unilateral, decepcionado con los resultados del equipo y las decisiones de la directiva, entre ellas prescindir de su amigo Luis Suárez.
Los acontecimientos de los últimos días no son buenos en terminos reputación “ni para el Barça ni para LaLiga”, consideró este martes el presidente del campeonato español, Javier Tebas.
“Me sabe mal por ellos, Bartomeu para mí siempre ha sido una persona excepcional”, afirmó el técnico del Barcelona, Ronald Koeman, quien no obstante reconoció que el escándalo “no es bueno (…) para la imagen del club”.
DAMG