Después de una semana de revelaciones sobre la familia real británica, ¿hasta dónde llegarán el príncipe Enrique y Meghan Markle en su esperada entrevista con Oprah Winfrey?
Millones de personas sintonizarán CBS la noche del domingo para averiguarlo.
Si los adelantos por cuentagotas de la entrevista dan un indicio, los duques de Sussex tienen cuentas que saldar con el Palacio de Buckingham poco más de un año después de abandonar sus deberes como miembros de la realeza y mudarse al sur de California.
En uno de ellos, Meghan, una exactriz de televisión que está embarazada de su segundo hijo, se refirió a la familia real como “la Firma”, un apodo interno que usó al acusarla de decir “falsedades” sobre la pareja.
Meghan, de 39 años, enfrenta una investigación interna del palacio sobre denuncias de que acosó al personal de la casa real durante su estadía en Gran Bretaña.
Según The Times, exempleados afirman que las acusaciones se remontan a octubre de 2018, unos meses después de la boda de la pareja.
“Llamemos a esto como es: una campaña de desprestigio calculada basada en información engañosa y dañina”, respondió un portavoz de Enrique y Meghan.
“No es una coincidencia que las acusaciones distorsionadas de hace varios años destinadas a socavar a la duquesa trasciendan a los medios británicos poco antes de que ella y el duque hablen abierta y honestamente sobre su experiencia de los últimos años”, añadió refiriéndose a la entrevista que se emitirá el domingo por la noche (lunes 01H00 GMT).
La pareja ha dicho a menudo que dejaron Reino Unido para alejarse de los medios de comunicación del país, pero también dieron cuenta de su descontento como integrantes de la realeza.
Un “circo”
Por su parte, la monarquía británica ha decidido hacer frente a la amenaza de esta entrevista ofreciendo la imagen de una familia unida en las celebraciones anuales de la Commonwealth en un programa de televisión en el que la reina Isabel hizo un discurso en el que destacó la importancia de la “dedicación al deber”.
“Si bien el año pasado las experiencias han sido distintas en la Commonwealth, se han mostrado conmovedores ejemplos de coraje, compromiso y dedicación al deber en forma desinteresada en cada lugar de esta mancomunidad” de naciones, afirmó la monarca al elogiar a todos aquellos que durante la pandemia hicieron sacrificios por los demás.
“La mente de la reina está en el deber y Felipe”, su marido, que lleva tres semanas en el hospital, dice el titular del Sunday Express.
Según una fuente cercana a la reina citada por el periódico, Isabel II no verá la entrevista de su nieto y estará más presente en los medios de comunicación la próxima semana para demostrar que la monarquía “se centra en temas importantes”.
El medio también informa que los miembros de la corte, que no dudaron en calificar la entrevista de “circo“, se preparan para tomar represalias “con nuevas revelaciones” sobre el comportamiento de la pareja si se ataca a la monarquía.
Sin embargo, en opinión de muchos expertos de la realeza, ni Meghan ni Harry deberían atacar directamente a los miembros de la familia real durante el espectáculo de dos horas, ya que el príncipe tiene un fuerte vínculo emocional con su abuela.
Sin embargo, podrían ser muy críticos con la prensa británica, que tampoco fue benévola con ellos en sus titulares del domingo.
La historia se repite
“Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera”, le dijo Enrique a Oprah Winfrey en otro anticipo de la entrevista.
La crisis tiene reminiscencias del divorcio de los padres de Enrique, el príncipe Carlos y la princesa Diana, y de una famosa entrevista que esta última concedió a la BBC en 1995, en la que admitió haber engañado a su esposo con el oficial del ejército James Hewitt.
Aludió así a la muerte de su madre junto a su entonces pareja Dodi al Fayed en un accidente de auto en París en 1997, cuando el conductor de su coche intentaba escapar de la persecución de los paparazzi.
En otro capítulo del drama transatlántico previo a la charla con Winfrey, el Daily Telegraph informó este sábado que se está investigando una fundación que creó la pareja y luego disolvió en julio.
También publicó un artículo con críticas a Meghan, a la que describe como testaruda, calculadora y malcriada.
Después de confirmar a la reina Isabel que no reanudarían sus deberes reales tras un período de revisión de un año, los duques de Sussex perdieron el mes pasado sus últimos patrocinios reales y títulos militares.
Del Reino Unido se mudaron a Canadá y luego a California. Vivieron primero en Los Ángeles y desde julio radican en Montecito, una pequeña y próspera ciudad costera.
Han procurado mostrarse como una pareja moderna preocupada por cuestiones humanitarias, en un país donde la opinión pública les es mucho más favorable que en Gran Bretaña.
Cuando muchos analistas de la familia real calificaron a la pareja de imprudente y egoísta, en Estados Unidos algunos vieron en ello indicios de racismo hacia Markle, que es de raza mixta.
Desde su llegada a Estados Unidos, Enrique y Meghan crearon una fundación benéfica llamada Archewell y firmaron un acuerdo con Netflix para producir documentales, largometrajes, programación infantil y otros contenidos.
Además, se asociaron con Apple TV + en colaboración con Winfrey, reina de los programas de entrevistas que vendió la realizada a los duques de Sussex a CBS por entre 7 y 9 millones de dólares, según The Wall Street Journal.
Winfrey retuvo no obstante los derechos internacionales sobre el jugosa conversación.
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CT